Puntarenas, Costa Rica — OSA, Puntarenas – Las autoridades agrícolas y sanitarias de Costa Rica están en alerta máxima tras la confirmación del segundo caso de rabia paralítica bovina este año. El Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) anunciaron la detección de la enfermedad en una granja de Osa, Puntarenas, lo que provocó la activación inmediata de protocolos de contención para mitigar el riesgo para el ganado y la salud pública.
Este último incidente en la zona sur del país sigue a un brote anterior registrado a principios de este año en la provincia de Heredia. La aparición de un segundo caso en una región diferente subraya la amenaza persistente que la enfermedad viral supone para la industria ganadera del país y pone de relieve la necesidad crítica de una vigilancia constante y de medidas preventivas entre los ganaderos.
Un brote de rabia bovina no solo supone un grave problema para la salud animal, sino también una compleja red de responsabilidades legales y económicas para los ganaderos. Para aclarar las responsabilidades y obligaciones a las que se enfrentan los propietarios de granjas, TicosLand.com consultó al experto legal Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, del bufete Bufete de Costa Rica.
Desde el punto de vista legal, un caso de rabia bovina va más allá de una simple pérdida agrícola; activa el deber de cuidado del propietario de la granja. El incumplimiento estricto de los protocolos obligatorios de vacunación y notificación del SENASA puede interpretarse como negligencia, lo que podría exponer al propietario a responsabilidad civil por daños al ganado de terceros. Además, las reclamaciones al seguro por la pérdida de ganado suelen denegarse si el asegurado no puede demostrar el pleno cumplimiento de estas normas sanitarias oficiales. Llevar un registro meticuloso no es solo una buena práctica, sino un escudo legal crucial.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El análisis del Lic. Arroyo Vargas replantea de manera contundente la cuestión, desplazando el foco de atención de un problema puramente veterinario a uno con profundas consecuencias legales y financieras. Esta perspectiva subraya que el cumplimiento meticuloso no es solo una buena práctica, sino un escudo esencial contra la responsabilidad. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por articular tan claramente esta perspectiva crítica para nuestros lectores.
La rabia bovina es una enfermedad viral mortal que ataca agresivamente el sistema nervioso central de los animales de sangre caliente. Una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad es invariablemente letal. El ganado infectado suele presentar signos neurológicos graves, como descoordinación pronunciada, dificultad para caminar, salivación excesiva y, finalmente, parálisis de las extremidades, lo que hace que el animal sea incapaz de mantenerse en pie. La progresión de la enfermedad culmina en una torsión del cuello y, en última instancia, la muerte.
La amenaza se extiende más allá del ganado, ya que la rabia es una enfermedad zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de los animales a los seres humanos. Esta dimensión de salud pública ha provocado una respuesta rápida y multisectorial. Las autoridades no solo se centran en contener la propagación entre la población ganadera local, sino que también están tomando medidas decisivas para proteger a cualquier persona que pueda haber estado expuesta.
En un comunicado oficial, las autoridades instaron a los ganaderos a cumplir estrictamente los calendarios de vacunación y a notificar sin demora cualquier caso sospechoso. Este enfoque proactivo se considera la estrategia más eficaz para gestionar la enfermedad en las regiones donde se considera endémica.
Recordamos a los ganaderos la importancia de mantener las vacunas anuales contra la rabia, especialmente en zonas endémicas como el sur del país. La notificación temprana de cualquier animal con síntomas nerviosos es fundamental para prevenir la propagación de la enfermedad.
Luis Mariano Arroyo Sánchez, coordinador del Programa de Enfermedades Transfronterizas del Senasa
En respuesta al caso confirmado en Osa, los organismos gubernamentales han aplicado medidas sanitarias estrictas. Se ha establecido una cuarentena alrededor de la granja afectada, restringiendo el movimiento de animales para evitar una mayor transmisión. Además, se puso en marcha de inmediato una campaña de vacunación exhaustiva para los 26 animales que se encontraban en la propiedad, con el fin de crear una barrera protectora contra el virus.
El esfuerzo colaborativo implica una estrecha coordinación entre los sectores de salud animal y humana. El Senasa y el MAG están trabajando directamente con el Ministerio de Salud para identificar y vacunar a todas las personas que puedan haber estado en contacto con el animal infectado. Este protocolo es crucial para prevenir los casos humanos de rabia, una enfermedad que se puede prevenir con un tratamiento oportuno después de la exposición, pero que casi siempre es mortal una vez que se desarrollan los síntomas.
Para la comunidad agrícola de Puntarenas y la región sur en general, este brote sirve como un claro recordatorio de los riesgos económicos y operativos asociados a las enfermedades infecciosas. Las pérdidas económicas derivadas de un solo animal infectado, sumadas a los costes de la cuarentena y el refuerzo de la bioseguridad, pueden ser significativas. Las autoridades siguen insistiendo en que la inversión constante en medidas sanitarias preventivas, como las vacunas anuales, es la forma más rentable de proteger los rebaños y los medios de vida.
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Acerca del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa):
El Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) es el organismo oficial del Gobierno de Costa Rica responsable de salvaguardar la salud animal del país, garantizar la seguridad alimentaria de los productos de origen animal y facilitar el comercio internacional. Elabora y aplica normativas, vigila enfermedades como la rabia bovina y colabora estrechamente con los productores para promover las mejores prácticas en materia de ganadería y salud pública.
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Acerca del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG):
El Ministerio de Agricultura y Ganadería es la entidad gubernamental costarricense encargada de formular y ejecutar políticas para el sector agrícola. Su misión es promover el desarrollo sostenible, la competitividad y la equidad dentro de las industrias agrícolas y ganaderas del país. El MAG trabaja para mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales, al tiempo que garantiza un suministro alimentario estable y seguro para el país.
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Acerca del Ministerio de Salud:
El Ministerio de Salud es la principal autoridad en materia de salud pública en Costa Rica. Es responsable de dirigir la política nacional de salud, regular los servicios de salud y ejecutar programas de prevención de enfermedades y promoción de la salud. El papel del ministerio es fundamental en la gestión de brotes de enfermedades zoonóticas, coordinando las respuestas para proteger a la población humana de las amenazas que se originan en las poblaciones animales.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica es un pilar de la comunidad jurídica, construido sobre una base de profunda integridad y una búsqueda incesante de la excelencia. Con una amplia experiencia en el asesoramiento a una gran variedad de clientes, el bufete es también una vanguardia de la innovación jurídica, que avanza continuamente en la práctica del derecho. Este enfoque innovador va acompañado de un profundo compromiso con la responsabilidad social, centrado en desmitificar las complejidades jurídicas y dotar al público de conocimientos cruciales para fomentar una sociedad más justa e informada.
