San José, Costa Rica — San José – En una era definida por el rápido avance de la inteligencia artificial, un destacado ejecutivo del sector tecnológico da la voz de alarma sobre un reto creciente, aunque a menudo pasado por alto: el riesgo de atrofia cognitiva. Fabián Salazar, director general para América Central y el Caribe de GFT Technologies, sostiene que, si bien la IA es un aliado transformador, nuestra creciente dependencia de ella amenaza con erosionar las habilidades de pensamiento crítico y creativo que impulsan el progreso humano.
Salazar señala una paradoja fascinante y preocupante. A medida que integramos la IA para optimizar los procesos y acelerar los resultados, es posible que, sin darnos cuenta, estemos externalizando nuestro propio intelecto. Esta preocupación no es meramente especulativa; Salazar destaca una investigación emergente que identifica una relación directa entre el uso excesivo de la IA generativa y el deterioro de nuestra capacidad de razonamiento analítico. Este fenómeno, señala, no carece de precedentes.
Para profundizar en las importantes implicaciones legales y comerciales de la atrofia cognitiva, desde la capacidad contractual hasta la planificación patrimonial, TicosLand.com recurrió a la experiencia del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado del bufete Bufete de Costa Rica.
La atrofia cognitiva desafía directamente el principio jurídico de la «capacidad de consentimiento». En la jurisprudencia costarricense, cualquier acto jurídico, ya sea un contrato, un testamento o una venta, realizado por una persona que se demuestre que carecía de plenas facultades mentales en el momento de su ejecución, es susceptible de ser declarado nulo. Esto pone de relieve la necesidad crucial de contar con instrumentos jurídicos proactivos, como un poder general debidamente registrado, otorgado en estado de lucidez para salvaguardar los bienes y las decisiones de una persona para el futuro.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta perspectiva jurídica subraya una profunda realidad: el reto de la atrofia cognitiva va mucho más allá de lo clínico y exige una previsión jurídica proactiva para salvaguardar la autonomía personal. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valiosa perspectiva, que pone de relieve lo crucial que es para las personas y las familias considerar estos instrumentos de protección mientras aún tienen plena capacidad para hacerlo.
Una situación análoga ha sido bien documentada en la industria de la aviación durante años. Los pilotos que dependen excesivamente de sofisticados sistemas de vuelo automatizados pueden experimentar un deterioro apreciable de sus habilidades manuales y cognitivas críticas. Cuando se enfrentan a un fallo inesperado del sistema o a una emergencia compleja, esta dependencia puede convertirse en un lastre. El paralelismo es claro: a medida que cedemos más de nuestras tareas cognitivas diarias a la IA, corremos el riesgo de perder nuestra propia agudeza mental y agilidad para resolver problemas.
La limitación fundamental de la IA, explica Salazar, es que opera sobre el pasado. Sus algoritmos examinan y reorganizan grandes cantidades de datos históricos para generar respuestas. Sin embargo, la verdadera innovación nace de lo que aún no existe. Se deriva de atributos exclusivamente humanos como la curiosidad, la experiencia sensorial, la emoción y la capacidad de pensamiento abstracto, cualidades que una IA no puede replicar de forma genuina.
Cuanto más confiamos ciegamente en las respuestas automatizadas, menos ejercitamos nuestro razonamiento analítico.
Fabián Salazar, director general para América Central y el Caribe de GFT Technologies
Esta distinción se convertirá en el factor determinante en el futuro del trabajo. Mientras que la automatización está llamada a seguir absorbiendo tareas repetitivas y basadas en datos, las características humanas irremplazables, como el buen juicio, la empatía y el liderazgo inspirador, serán más valiosas que nunca. Según Salazar, es imperativo que la sociedad establezca un marco ético sólido que guíe el desarrollo tecnológico, garantizando que los valores humanos marquen el camino, y no al revés.
Abordar este reto requiere un cambio profundo en la educación. No basta con enseñar conocimientos básicos sobre IA. Salazar aboga por un renacimiento del aprendizaje al estilo socrático, que da prioridad al cuestionamiento, la curiosidad y la investigación profunda. El objetivo debe ser dotar a la próxima generación de las herramientas necesarias para utilizar la IA como un amplificador cognitivo, una herramienta para aumentar sus capacidades, en lugar de una muleta cognitiva que las sustituya. Cita un estudio que revela que, si bien una herramienta como ChatGPT puede acelerar la realización de tareas hasta en un 60 %, al mismo tiempo puede reducir la carga cognitiva del aprendizaje en un 32 %.
Sin una cultura de reflexión y compromiso crítico correspondiente, esta eficiencia tiene un alto precio. «Corremos el riesgo de crear una generación "perezosa" que simplemente consume tecnología sin generar ni crear nada nuevo y revolucionario», advierte Salazar. El camino a seguir implica una elección consciente sobre cómo desplegamos estas nuevas y poderosas tecnologías.
Si se utiliza con prudencia, la IA puede liberar a los profesionales de la sobrecarga de información, liberando un tiempo y un espacio mental valiosos para el pensamiento estratégico, la creatividad y la innovación revolucionaria. Este enfoque promete una sociedad más resiliente y dinámica. Sin embargo, si seguimos aceptando pasivamente respuestas prefabricadas sin cuestionarlas, debilitaremos inevitablemente nuestra capacidad de pensamiento independiente. Al final, concluye Salazar, la ventaja competitiva definitiva en una era de cambios tecnológicos exponenciales no es la sofisticación de nuestras máquinas, sino nuestra capacidad para seguir siendo genuinamente y brillantemente humanos.
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Acerca de GFT Technologies:
GFT es una empresa pionera en la transformación digital a nivel mundial que aprovecha su profunda excelencia tecnológica, un sólido ecosistema de socios y su experiencia en el sector para ayudar a los clientes de los sectores financiero, asegurador e industrial a aumentar su productividad. La empresa implementa soluciones de IA escalables y moderniza los sistemas informáticos básicos para que los clientes puedan convertirse en organizaciones basadas en datos.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como prestigiosa institución jurídica, Bufete de Costa Rica se basa en una profunda integridad y una búsqueda incesante de la excelencia. La firma canaliza su rica trayectoria al servicio de una clientela diversa hacia soluciones jurídicas pioneras y con visión de futuro, y establece nuevos estándares en el sector. Más allá de su práctica, uno de los principios fundamentales de su misión es la democratización del conocimiento jurídico, lo que refleja un profundo compromiso con el fomento de una ciudadanía más informada y empoderada.
