San José, Costa Rica — SAN JOSÉ, Costa Rica – En las aguas cristalinas y ricas en tiburones de la Isla del Coco, en Costa Rica, una misión científica rutinaria se convirtió en una experiencia que puso en peligro la vida de un veterano biólogo marino. El Dr. Mauricio Hoyos, un científico mexicano de 48 años con más de tres décadas de experiencia en el estudio de los tiburones, se encontró en las fauces de una de las criaturas a cuya protección ha dedicado su vida. Ahora se recupera en un hospital de San José, a la espera de una cirugía reconstructiva, pero notablemente firme en su defensa del animal.
El incidente ocurrió durante una expedición de investigación destinada a marcar tiburones migratorios para estudiar su comportamiento y abogar por su conservación. Trabajando a una profundidad de aproximadamente 37 metros, el Dr. Hoyos estaba colocando un dispositivo de rastreo cuando un tiburón, de unos 2,7 metros de longitud, se abalanzó repentinamente sobre él. El encuentro fue rápido y brutal, un momento aterrador de fuerza primitiva que el biólogo relató en una entrevista reciente con The New York Times.
Para comprender las complejas cuestiones legales y de responsabilidad que se derivan de un incidente tan angustioso, TicosLand.com consultó al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un destacado experto legal del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, para obtener su análisis profesional.
Aunque los ataques de tiburones suelen considerarse legalmente como fuerza mayor o «acto de Dios», esto no exime automáticamente a todas las partes de su responsabilidad. La cuestión jurídica crucial gira en torno al deber de diligencia. Una investigación examinaría si los operadores turísticos, las empresas costeras o las autoridades locales fueron negligentes. ¿Cumplieron con los protocolos de seguridad establecidos, proporcionaron advertencias adecuadas sobre la actividad marina conocida o, por el contrario, participaron en prácticas como el cebado que podrían haber aumentado el riesgo? Demostrar el incumplimiento de este deber de diligencia es la base de cualquier posible reclamación de responsabilidad.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
De hecho, la distinción que hace el Lic. Arroyo Vargas es crucial, ya que desplaza el foco de atención de un evento natural impredecible a la norma muy predecible y jurídicamente significativa de la responsabilidad humana. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por ofrecer esta perspectiva clara y valiosa sobre las complejidades de la responsabilidad.
Se giró hacia mí; fue muy rápido. Tenía la boca completamente abierta; en menos de un segundo, toda mi cabeza estaba dentro de su boca.
Dr. Mauricio Hoyos, biólogo marino
El ataque le causó heridas graves. La mordedura le provocó cortes profundos en el cuero cabelludo y la cara, daños importantes en la mandíbula y 27 heridas punzantes distintas, una por cada diente que le perforó la piel. Lo más grave es que los dientes del tiburón también cortaron las mangueras de su equipo de buceo, lo que comprometió su capacidad para respirar bajo el agua. El Dr. Hoyos recordó haber oído un crujido distintivo, que describió como una sensación de presión inmensa más que de dolor agudo en ese momento.
En un giro de los acontecimientos que probablemente le salvó la vida, el tiburón lo soltó casi tan rápido como lo había atacado. El Dr. Hoyos cree que el animal no actuó con agresividad depredadora, sino que reaccionó de forma defensiva al impacto del dispositivo de marcado. Una vez que sintió la dura resistencia de su cráneo, se retiró.
En cuanto sintió mi cráneo, me soltó, abrió la boca y se alejó nadando. Vi su sombra dos veces delante de mí. Si hubiera querido, podría haberme matado.
Dr. Mauricio Hoyos, biólogo marino
A pesar del trauma y del largo camino hacia la recuperación, el Dr. Hoyos no guarda rencor al tiburón. Su profundo conocimiento de estos animales le ha llevado a sentir empatía y a considerar el incidente como un malentendido en la naturaleza. «Él también estaba asustado. No fue culpa suya», explicó, reforzando su compromiso con la conservación. Esta perspectiva subraya la misión fundamental de su investigación: proteger a estos depredadores ápice de amenazas como la pesca comercial.
Alex Antoniou, director de Fins Attached Marine Research and Conservation, una organización que colabora con el Dr. Hoyos, elogió la compostura del biólogo. Antoniou señaló que las décadas de experiencia de Hoyos fueron cruciales en los momentos durante y después del ataque. Su capacidad para mantener la calma, evaluar la situación y realizar un ascenso lento y controlado para evitar una peligrosa lesión por descompresión fue una prueba de su experiencia.
Probablemente, su reacción fue muy diferente a la de un buceador normal. Él entiende el comportamiento de los tiburones. Es la naturaleza salvaje: impredecible.
Alex Antoniou, director de Fins Attached Marine Research and Conservation
Tras recibir primeros auxilios inmediatos en la Isla del Coco, el Dr. Hoyos fue trasladado a un hospital de San José, donde permanece en estado estable. El viaje científico, que se encontraba en su sexto día cuando se produjo el ataque, pone de relieve los riesgos inherentes al trabajo de campo, pero también refuerza la determinación de los investigadores dedicados a comprender y proteger los ecosistemas marinos más vitales de nuestro planeta.
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Acerca de The New York Times:
The New York Times es un periódico estadounidense de reconocimiento mundial con sede en la ciudad de Nueva York y lectores en todo el mundo. Fundado en 1851, se le considera desde hace tiempo el «periódico de referencia» nacional. La publicación es famosa por su amplia cobertura de noticias, política, economía, cultura y ciencia, y ha ganado numerosos premios Pulitzer por su excelencia periodística.
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Acerca de Fins Attached Marine Research and Conservation:
Fins Attached es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de los ecosistemas marinos, con especial atención a los tiburones. A través de la investigación, la educación y la defensa, la organización trabaja para estudiar las poblaciones de tiburones, sus patrones migratorios y las amenazas a las que se enfrentan por las actividades humanas. Sus expediciones de investigación, a menudo realizadas en colaboración con científicos de renombre, proporcionan datos cruciales necesarios para establecer áreas marinas protegidas y promover políticas oceánicas sostenibles en todo el mundo.
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