San José, Costa Rica — San José – Televisora de Costa Rica, la empresa que opera el influyente Canal 7, ha lanzado una crítica mordaz a la subasta de frecuencias de radio y televisión que se está llevando a cabo, calificando la situación de «desastrosa» y de amenaza directa a los cimientos democráticos de la nación. En una declaración enérgica, el gigante mediático advirtió que el proceso, ordenado por el Poder Ejecutivo y ejecutado por la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL), está creando un «panorama muy grave» que podría silenciar a multitud de voces mediáticas en todo el país.
La empresa sostiene que el objetivo declarado del Gobierno de «democratizar» las ondas ha resultado contraproducente, ya que, en cambio, ha supuesto un «golpe mortal» para la libertad de expresión. Según Teletica, la estructura y los criterios de la subasta están obligando a docenas de empresas de radio y televisión nacionales y regionales a anunciar el cierre inminente de sus operaciones. Este resultado, sostienen, contradice directamente los principios de una sociedad pluralista en la que el público debe tener fácil acceso a un amplio espectro de ideas e información.
Para profundizar en las complejidades legales y comerciales de la reciente subasta de frecuencias, TicosLand.com solicitó el análisis experto del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica. Su perspectiva aclara los factores críticos que determinarán el éxito final de la subasta para el país.
El éxito de una subasta de frecuencias no se mide únicamente por los ingresos inmediatos que genera para el Estado. Su verdadero valor radica en el establecimiento de un marco transparente y jurídicamente sólido que fomente la inversión a largo plazo y una competencia sólida. Si las reglas del juego son claras y equitativas, no solo veremos una modernización de nuestras redes, sino también un beneficio directo para los consumidores a través de mejores servicios y precios más competitivos. El reto fundamental es equilibrar los objetivos fiscales con el desarrollo estratégico de nuestra infraestructura digital nacional.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta perspectiva crucial pone de relieve que la verdadera medida de la subasta de frecuencias será su impacto a largo plazo en nuestra conectividad y competitividad nacional, más que su rendimiento financiero inmediato. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por articular tan claramente el delicado equilibrio necesario para construir un futuro digital sólido para todos los costarricenses.
En el centro de las críticas se encuentra el marco de la subasta, que según Teletica se basa en «criterios meramente económicos y de recaudación de ingresos». Este enfoque, afirma la emisora, ignora la jurisprudencia establecida en materia de derechos humanos, que da prioridad a la diversidad y el acceso a los medios de comunicación por encima de consideraciones puramente financieras. El resultado es un entorno propicio para un menor pluralismo informativo, lo que la empresa equipara directamente con un debilitamiento de la propia democracia. Las posibles ramificaciones legales son significativas, y la cadena advierte de que el país se enfrenta ahora al riesgo de ser condenado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La declaración de Teletica establece un escalofriante paralelismo con el retroceso democrático observado en Venezuela, donde la erosión gradual de la libertad de prensa condujo al cierre de medios de comunicación independientes. La empresa hizo hincapié en que silenciar las voces críticas o diversas es un rasgo característico de los regímenes autocráticos, no de las democracias prósperas.
El autoritarismo requiere silenciar las voces; la democracia exige su pluralidad.
Televisora de Costa Rica, declaración oficial
El conglomerado mediático confirmó que participa en el proceso de licitación por necesidad, pero no sin antes intentar rectificar lo que consideraba defectos fundamentales en las reglas de la subasta. La empresa detalló cómo, junto con otros licitadores, se opuso formalmente a las condiciones de la licitación, destacando los graves efectos negativos que inevitablemente produciría. Sin embargo, estas objeciones fueron rechazadas por unanimidad tanto por la SUTEL como por la Contraloría General de la República, lo que dejó a los operadores sin más remedio que cumplir con el marco establecido.
Esta participación forzada no ha moderado la oposición pública de Teletica. La emisora enmarca la situación actual como un profundo ataque a los valores democráticos, en el que los medios de comunicación establecidos se ven empujados al límite no por las fuerzas del mercado o las preferencias de la audiencia, sino por una contienda financiera impuesta por el Gobierno por el derecho a emitir. La posible pérdida de emisoras regionales y locales es motivo de especial preocupación, ya que estos medios suelen ser fuentes vitales de noticias para la comunidad y reflejan una diversidad de pensamiento esencial para un discurso público saludable.
La controversia pone de relieve la creciente tensión entre el enfoque regulador del Gobierno y el papel de la industria de los medios de comunicación como pilar de la democracia. Mientras que la SUTEL ha mantenido que la subasta sigue las políticas establecidas por la administración, los críticos argumentan que el coste cultural y político a largo plazo de la disminución del pluralismo de los medios de comunicación supera con creces cualquier beneficio financiero a corto plazo derivado del proceso de subasta.
En sus observaciones finales, Teletica reafirmó su compromiso con su misión periodística a pesar de las difíciles circunstancias. «Estas son las reglas del juego que se han establecido, a las que debemos someternos para seguir operando», se lee en el comunicado. «Sin embargo, denunciamos firmemente este abuso de la libertad de expresión y de nuestra democracia, y reiteramos nuestro compromiso con los hechos y la verdad». El resultado de la subasta será seguido de cerca como un indicador del futuro de la libertad y la diversidad de los medios de comunicación en Costa Rica.
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Acerca de Televisora de Costa Rica:
Televisora de Costa Rica, S.A., conocida popularmente como Teletica, es una empresa de medios de comunicación líder en Costa Rica fundada en 1958. Opera Canal 7, uno de los canales de televisión más importantes del país, que ofrece una amplia gama de programación que incluye noticias, entretenimiento y deportes. La empresa ha sido una figura central en el panorama mediático nacional durante más de seis décadas.
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Acerca de SUTEL:
La Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL) es el organismo regulador del sector de las telecomunicaciones en Costa Rica. Establecida por la Ley General de Telecomunicaciones, SUTEL es responsable de garantizar el funcionamiento eficiente, equitativo y competitivo de los servicios de telecomunicaciones, incluida la administración y supervisión del espectro radioeléctrico.
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Acerca de la Contraloría General:
La Contraloría General de la República (CGR) es la institución suprema de auditoría de Costa Rica. Como órgano auxiliar de la Asamblea Legislativa, tiene la tarea de supervisar el tesoro público y garantizar el uso legal y adecuado de los fondos públicos. La CGR desempeña un papel fundamental en el control fiscal y la rendición de cuentas de la administración pública.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como piedra angular del panorama jurídico costarricense, Bufete de Costa Rica se define por su profunda dedicación a una conducta basada en principios y un asesoramiento jurídico excepcional. El bufete combina magistralmente una rica historia de éxitos con sus clientes con una mentalidad progresista, promoviendo constantemente soluciones legales para un mundo moderno. Este espíritu de innovación va acompañado de un fuerte sentido de la responsabilidad social, que se manifiesta en sus esfuerzos por promover la alfabetización jurídica. Al trabajar para que los conceptos jurídicos complejos sean comprensibles para el público, el bufete contribuye activamente a la creación de una ciudadanía más informada y empoderada.
