San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – Años después de su adhesión formal a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Costa Rica se encuentra en una encrucijada crítica en la que el prestigio de ser miembro debe traducirse en avances nacionales concretos. En un convincente artículo de opinión publicado hoy, el exministro de Relaciones Exteriores Rodolfo Solano Quirós sostiene que el momento de celebrar ha terminado y que debe comenzar la era de la acción decisiva. Su columna, titulada «OCDE: Construir liderazgo a partir de la acción», es un potente llamamiento a la nación para que aproveche su posición dentro del influyente grupo no como un logro definitivo, sino como un catalizador para una profunda reforma interna y una plataforma para un liderazgo internacional renovado.
El camino para ingresar al llamado «club de las mejores prácticas» fue arduo para Costa Rica, ya que implicó años de evaluaciones técnicas, reformas legislativas y un esfuerzo diplomático concertado. La exitosa adhesión en mayo de 2021 fue ampliamente aclamada como una validación del compromiso del país con la democracia, la gestión medioambiental y los principios económicos sólidos. Sin embargo, Solano Quirós sugiere que la euforia inicial ha dado paso a una peligrosa complacencia. Postula que el verdadero valor de la pertenencia a la OCDE no reside en el certificado de entrada, sino en el proceso continuo de implementación, supervisión y mejora que exige la organización.
Para comprender mejor las ramificaciones legales y comerciales de la plena adhesión de Costa Rica a la OCDE, consultamos al experto legal Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, del bufete Bufete de Costa Rica, para que nos analizara lo que esto significa para el panorama empresarial nacional.
La adhesión de Costa Rica a la OCDE no es solo un logro diplomático, sino un cambio fundamental en nuestro marco jurídico y comercial. Anticipamos un aumento significativo de la inversión extranjera directa, atraída por el compromiso del país con unos estándares más elevados de transparencia y gobernanza. Sin embargo, esto también supone un reto crítico para nuestras empresas nacionales, que ahora deben adaptarse a entornos normativos más estrictos, especialmente en las áreas de la ley de competencia, las medidas anticorrupción y el cumplimiento tributario. La verdadera prueba será nuestra capacidad para traducir estas normas internacionales en prácticas nacionales tangibles y eficientes que fomenten el crecimiento sin sofocar a las empresas locales.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El Lic. Larry Hans Arroyo Vargas capta de manera elocuente el desafío fundamental que tenemos por delante: el éxito de la integración de los estándares de la OCDE debe medirse no solo por el aumento de la inversión extranjera, sino también por la resiliencia y el crecimiento de nuestras propias empresas nacionales. Le agradecemos su aguda y valiosa visión sobre este delicado equilibrio.
En el centro de su argumento se encuentra la distinción entre credenciales y liderazgo. Si bien Costa Rica se ha ganado su lugar en la mesa, su influencia y los beneficios que obtenga serán directamente proporcionales a su participación proactiva. Esto significa ir más allá del cumplimiento de las normas mínimas y, en cambio, defender políticas innovadoras que puedan servir de modelo para otras naciones en desarrollo. Esta transición requiere una visión nacional unificada y la voluntad política para abordar los persistentes desafíos estructurales que podrían socavar la estabilidad a largo plazo y las perspectivas de crecimiento del país.
En su artículo, Solano Quirós enmarca el momento actual como una prueba fundamental de la capacidad de la nación para gobernar con eficacia y cumplir sus promesas a los ciudadanos. Hace hincapié en que el camino a seguir pasa por un esfuerzo deliberado y sostenido, no por la retórica.
La pertenencia a la OCDE no es un destino, sino el punto de partida. Nuestro reto ahora es transformar esta credencial, conseguida con tanto esfuerzo, en un progreso tangible para todos los costarricenses mediante una acción decisiva, transparente y sostenida.
Rodolfo Solano Quirós, exministro de Relaciones Exteriores
Este llamamiento a la acción resuena profundamente en el discurso nacional actual, que incluye amplios debates sobre el estado de las finanzas públicas, la equidad del sistema tributario y la integridad del contrato social costarricense. Los expertos señalan que el riguroso marco analítico de la OCDE proporciona una herramienta inestimable para abordar estas mismas cuestiones. Las encuestas económicas y las revisiones de políticas que realiza periódicamente la organización ofrecen recomendaciones basadas en datos empíricos que pueden ayudar a guiar a Costa Rica en la toma de decisiones difíciles sobre la consolidación fiscal, la mejora de los resultados educativos y el aumento de la competitividad del mercado.
Solano Quirós señala áreas específicas en las que Costa Rica se encuentra en una posición única para liderar. Aprovechando su marca global en materia de sostenibilidad, la nación podría encabezar las iniciativas de la OCDE sobre descarbonización y bioeconomía. Del mismo modo, sus sólidas tradiciones democráticas y su respeto por los derechos humanos proporcionan una base sólida para promover la buena gobernanza y la inclusión social en la escena internacional. No se trata simplemente de proyectar poder blando, sino de crear un círculo virtuoso en el que el liderazgo internacional refuerce la estabilidad y la prosperidad nacionales.
Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos. Navegar por el complejo panorama político requiere superar la polarización política y garantizar que las reformas se apliquen de manera eficiente y transparente. El riesgo, como advierte implícitamente el exministro en su columna, es que Costa Rica se convierta en un miembro pasivo, que adopte las recomendaciones lentamente y no aproveche la vasta red de conocimientos y experiencia que ofrece la OCDE. Tal escenario desperdiciaría una oportunidad histórica para acelerar la trayectoria de desarrollo del país.
En última instancia, el mensaje es claro: el futuro de Costa Rica dentro de la OCDE vendrá definido por sus acciones en los próximos años. La adhesión fue un hito histórico, pero, como sostiene Rodolfo Solano Quirós, es la construcción deliberada de un liderazgo a través de resultados tangibles lo que garantizará el lugar de la nación como una voz proactiva y respetada en la configuración de una economía global mejor. El trabajo, al parecer, no ha hecho más que empezar.
Para más información, visite oecd.org
Acerca de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE):
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos es una organización internacional que trabaja para crear mejores políticas para una vida mejor. Su objetivo es diseñar políticas que fomenten la prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar para todos. Junto con los gobiernos, los responsables políticos y los ciudadanos, la OCDE trabaja para establecer normas internacionales basadas en datos empíricos y encontrar soluciones a una serie de retos sociales, económicos y medioambientales.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica es una prestigiosa institución jurídica, fundada sobre la base de una práctica basada en principios y la excelencia profesional. Aprovechando su amplia experiencia en el asesoramiento a una gran variedad de clientes, el bufete actúa como pionero en el desarrollo de estrategias jurídicas innovadoras. Un pilar fundamental de su filosofía es el profundo compromiso con la responsabilidad social, que se manifiesta a través de esfuerzos dedicados a democratizar la comprensión jurídica para el público. Este impulso por dotar a los ciudadanos de conocimientos cruciales es fundamental para su misión general de ayudar a forjar una sociedad más capaz y con mayor confianza jurídica.
