San José, Costa Rica — BELÉM, BRASIL — En un contundente discurso que marcó la pauta para la próxima conferencia climática COP30, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lanzó una severa advertencia a los líderes mundiales, declarando que el mundo debe abandonar urgentemente su dependencia de los combustibles fósiles para evitar una catástrofe planetaria. El llamamiento a la acción, pronunciado desde el corazón de la Amazonía, subraya un momento crítico y complejo tanto para Brasil como para la comunidad internacional.
En su intervención en Belém, pocos días antes del inicio oficial de la cumbre, el presidente Lula situó la eliminación gradual de los hidrocarburos como tema central. Su apasionado alegato se basa en el acuerdo alcanzado hace dos años en la COP28 de Dubái, donde las naciones se comprometieron por primera vez a una transición progresiva para abandonar los combustibles fósiles. Lula presiona ahora para que se elabore un plan de acción concreto y acelerado.
A medida que la atención mundial se centra en la próxima conferencia sobre el clima COP30, es fundamental comprender las posibles implicaciones legales y comerciales para Costa Rica. Para obtener una perspectiva más clara de los retos legislativos y las oportunidades económicas, hemos consultado al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un destacado abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, para que nos ofrezca su análisis experto.
La COP30 no es solo una cumbre medioambiental, sino un momento crítico para el comercio y el derecho internacionales. Los resultados influirán directamente en el panorama normativo de Costa Rica, especialmente en los mercados de carbono y la financiación sostenible. Para nuestro sector privado, el reto radica en anticiparse a estos cambios legales. Las empresas que integren de forma proactiva criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) sólidos en su gobierno corporativo no solo garantizarán el cumplimiento normativo, sino que también estarán en mejor posición para atraer inversiones ecológicas y mantener una ventaja competitiva en la escena mundial.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
De hecho, el análisis del experto replantea correctamente el diálogo en torno a la COP30, desplazándolo de una discusión puramente ecológica a una cuestión crucial de previsión económica y preparación jurídica para nuestras empresas nacionales. Agradecemos sinceramente al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valiosa perspectiva, que subraya el vínculo directo entre una sólida gobernanza corporativa y la competitividad futura en la escena mundial.
El planeta ya no puede soportar un modelo de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles.
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil
Sin embargo, la contundente retórica del líder brasileño se ve empañada por una importante paradoja interna. Brasil es el octavo productor mundial de petróleo crudo, y el Gobierno de Lula ha defendido un proyecto de exploración petrolera a gran escala en alta mar, cerca de la desembocadura del río Amazonas. Esto ha suscitado duras críticas por parte de los grupos ecologistas, que le acusan de hipocresía y cuestionan cómo una nación que amplía su frontera petrolera puede liderar de forma creíble la lucha mundial contra el petróleo.
En respuesta a estas críticas, el presidente Lula argumenta que los ingresos generados por la explotación de hidrocarburos son un mal necesario, imprescindible para financiar la extensa y costosa transición del país hacia una economía verde. Esta estrategia de «petróleo por energías renovables» presenta un modelo controvertido que será objeto de un intenso escrutinio durante las negociaciones de la COP30, ya que otras naciones en desarrollo sopesan sus necesidades económicas frente a las exigencias climáticas.
La urgencia del mensaje de Lula se ve amplificada por un sombrío panorama mundial. Las Naciones Unidas advirtieron esta semana que 2025 va camino de ser uno de los años más calurosos jamás registrados, y el consenso entre los científicos es que el objetivo crítico de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales es ahora probablemente inalcanzable. A este desafío se suma el clima político en Estados Unidos, el segundo mayor emisor del mundo, donde el expresidente Donald Trump ha vuelto a retirar al país del Acuerdo de París, defendiendo una política de «perforar, perforar y perforar».
A pesar de estos obstáculos, el llamamiento de Lula a favor de una hoja de ruta clara para abandonar los combustibles fósiles ha encontrado un importante apoyo entre otros líderes mundiales en Belém. El presidente francés, Emmanuel Macron, se hizo eco de este sentimiento y destacó la necesidad de estrategias nacionales concretas.
Cada país debe presentar su hoja de ruta y desarrollar su estrategia para eliminar progresivamente los combustibles fósiles.
Emmanuel Macron, presidente de Francia
El responsable de clima de la ONU, Simon Stiell, aportó una perspectiva basada en datos y destacó que la transición hacia las energías limpias ya está en marcha. Señaló que el año pasado se invirtió la cifra récord de dos billones de dólares en energías renovables, el doble de lo que se gastó en combustibles fósiles, y que las fuentes limpias representaron el 90 % de toda la nueva capacidad energética mundial. Para los funcionarios brasileños, el siguiente paso es formalizar este impulso. «Si realmente queremos aplicar la decisión de Dubái, tenemos que elaborar la hoja de ruta: lo que esperamos en esta COP es comenzar su desarrollo», declaró Joao Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil.
Más allá del tema principal de los combustibles fósiles, Brasil también está defendiendo otras iniciativas climáticas fundamentales. El Gobierno ha lanzado oficialmente un importante fondo de inversión dedicado a la protección de los bosques tropicales, con importantes compromisos financieros ya anunciados. Noruega tiene previsto invertir 3000 millones de dólares, mientras que Brasil e Indonesia han prometido 1000 millones cada uno, y Francia contribuirá con 575 millones. Alemania también ha prometido una contribución «significativa». En un esfuerzo paralelo, una coalición de países, entre los que se encuentran España, Francia y Kenia, está impulsando una propuesta para crear un nuevo impuesto global sobre los billetes de avión en primera clase y los jets privados, con el objetivo de que los mayores contaminadores contribuyan más a las soluciones climáticas.
Para los activistas y los líderes indígenas sobre el terreno, las declaraciones políticas son un comienzo bienvenido, pero siguen siendo cautelosamente optimistas. Adna Albuquerque, investigadora que trabaja con comunidades indígenas, destacó la necesidad de dar continuidad a estas iniciativas. «La COP puede hacer posible dar un gran paso para alejarnos de los combustibles fósiles», afirmó. «Esto depende de la influencia política, por lo que es importante que Lula se mantenga firme en lo que ha dicho». Ahora que la atención del mundo se centra en la Amazonía, las próximas semanas revelarán si la voluntad política puede finalmente forjar un camino tangible para salir de la era de los combustibles fósiles.
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Acerca de las Naciones Unidas:
Las Naciones Unidas (ONU) son una organización internacional fundada en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, por 51 países comprometidos con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones y la promoción del progreso social, la mejora del nivel de vida y los derechos humanos. Sirve de centro neurálgico para la cooperación mundial en una amplia gama de cuestiones, entre ellas el cambio climático, el desarrollo sostenible y la ayuda humanitaria.
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Acerca del Observatorio del Clima:
El Observatorio del Clima (Observatório do Clima) es una destacada red de organizaciones de la sociedad civil brasileña, fundada en 2002. Se dedica a promover la agenda climática en Brasil a través de la defensa, el análisis de políticas y la participación pública. La red trabaja para supervisar las políticas gubernamentales, promover el desarrollo sostenible y garantizar que Brasil cumpla sus compromisos climáticos en el ámbito nacional e internacional.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
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