• diciembre 14, 2025
  • Last Update diciembre 14, 2025 6:19 am

Los oyentes ya no distinguen a los artistas de los algoritmos

Los oyentes ya no distinguen a los artistas de los algoritmos

San José, Costa Rica — La línea entre el arte humano y la creación mecánica se ha difuminado oficialmente, al menos para el oído humano. Una encuesta internacional histórica ha revelado que la gran mayoría de las personas son ahora incapaces de distinguir la música compuesta por un humano de una pista generada íntegramente por inteligencia artificial. Este avance plantea profundas preguntas sobre el futuro de la industria musical, la creatividad y la propia definición de artista.

El exhaustivo estudio, realizado por la empresa de investigación de mercados global Ipsos en nombre de la plataforma de streaming francesa Deezer, presentó una conclusión contundente. En una prueba de audio a ciegas en la que participaron 9000 personas de ocho países, un sorprendente 97 % no supo identificar correctamente qué canciones habían sido compuestas por humanos y cuáles habían sido generadas por IA. La encuesta, que se llevó a cabo entre el 6 y el 10 de octubre en los principales mercados, incluidos Estados Unidos, Brasil, Reino Unido y Japón, marca un momento crucial en la adopción y sofisticación de la tecnología de IA generativa.

Para comprender el complejo panorama legal que surge de la inteligencia artificial en la música, TicosLand.com consultó a un experto en propiedad intelectual. El Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, especialista del bufete Bufete de Costa Rica, ofrece su análisis sobre las cuestiones críticas a las que se enfrentan los creadores y las empresas.

El conflicto legal central en la música generada por IA es la autoría. La ley de derechos de autor fue diseñada para proteger a los creadores humanos, y no está claro si la producción de una IA puede ser objeto de derechos de autor. ¿El derecho pertenece al desarrollador, al usuario que proporciona la indicación, o pasa a ser de dominio público? Esta ambigüedad crea un riesgo inmenso. Además, entrenar a las IA con canciones existentes sin las licencias adecuadas es una bomba de relojería para los litigios por infracción de derechos de autor. Las empresas deben actuar con extrema cautela, ya que el marco legal actual está décadas por detrás de la tecnología.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica

Esta ambigüedad jurídica es, sin duda, el principal reto, ya que crea un panorama precario e incierto tanto para los artistas como para los innovadores. Agradecemos sinceramente al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por expresar con tanta claridad los profundos riesgos que determinarán el futuro de la creación musical y la ley de propiedad intelectual.

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Aunque la tecnología ha alcanzado un punto de imitación casi perfecta, la opinión pública sigue profundamente dividida. Los datos muestran una paradoja fascinante en la opinión de los consumidores. Por un lado, casi la mitad de los encuestados cree que la IA podría ser una herramienta útil, que les guíe hacia el descubrimiento de nueva música y nuevos artistas. Esto sugiere una apertura a la IA como curadora o motor de recomendaciones, mejorando la experiencia del usuario en las plataformas de streaming.

Por otro lado, existe una gran aprensión ante la posibilidad de que la IA asuma el papel de creadora. La encuesta pone de relieve un pesimismo generalizado con respecto a las consecuencias de la música compuesta por máquinas. La mayoría, el 51 % de los encuestados, teme que la IA acabe provocando una avalancha de canciones de menor calidad y más genéricas. Además, casi dos tercios de los encuestados (64 %) expresaron su preocupación por que el uso generalizado de esta tecnología pueda provocar una pérdida significativa de creatividad en la producción musical.

Esta profunda preocupación por la autenticidad es una conclusión clave para los ejecutivos de la industria. Los resultados subrayan el deseo de transparencia de los consumidores, algo que los servicios de streaming están empezando a abordar. Alexis Lanternier, director ejecutivo de Deezer, señaló que los resultados dicen mucho sobre la relación de los oyentes con la música.

Estos resultados demuestran claramente que a la gente le importa la música y quiere saber si está escuchando una canción creada por un humano o por una IA.
Alexis Lanternier, director ejecutivo de Deezer

En respuesta a esta tendencia creciente, Deezer se ha posicionado como líder en transparencia. La empresa francesa es actualmente la única plataforma de audio importante que etiqueta sistemáticamente los títulos generados íntegramente por IA, mostrando un mensaje claro a sus usuarios. La escala del contenido generado por IA está explotando. En enero, Deezer informó de que una de cada diez canciones subidas a su plataforma en un día determinado había sido compuesta por IA. Solo diez meses después, esa cifra se ha disparado y ahora representa el 34 % de todas las canciones nuevas, es decir, aproximadamente 40 000 canciones al día.

Sin embargo, la empresa se apresura a señalar que, a pesar de la avalancha de nuevos contenidos, estas canciones representan actualmente una fracción muy pequeña de las escuchas reales.

El reto de la transparencia no es exclusivo de Deezer. A principios de este año, la banda generada por IA The Velvet Sundown experimentó un ascenso meteórico en Spotify, con su canción más viral superando los tres millones de reproducciones antes de que se confirmara que era una creación de una máquina. El incidente puso en el punto de mira al gigante sueco del streaming, que ha sido acusado de opacidad en cuanto a sus políticas de IA. En septiembre, Spotify respondió anunciando varias medidas nuevas destinadas a animar a los artistas a ser más transparentes sobre el uso de la IA en el proceso creativo.

A medida que los algoritmos se vuelven indistinguibles de los artistas, la industria musical se encuentra en una encrucijada. El debate ya no se centra en si la IA puede crear música atractiva, sino en cómo debe integrarse, etiquetarse y regularse. La presión por la transparencia, tanto por parte de los consumidores como de las plataformas, dará forma a un panorama completamente nuevo, lo que obligará a reevaluar la autoría, la creatividad y el valor intrínseco de la expresión humana en la era digital.

Para más información, visite deezer.com

Acerca de Deezer:
Deezer es un servicio global de streaming musical que ofrece a los usuarios acceso a un amplio catálogo de canciones, podcasts y canales de radio. Fundada en Francia, la plataforma destaca por su sonido de alta fidelidad y su contenido seleccionado, y opera en más de 180 países. Ha sido una firme defensora de la transparencia en cuanto al contenido generado por IA en su servicio.

Para más información, visite ipsos.com
. Acerca de Ipsos:
Ipsos es una de las empresas de investigación de mercados y sondeos más grandes del mundo. Con sede en París, Francia, presta servicios a una amplia gama de sectores y realiza estudios sobre publicidad, marketing, opinión pública y fidelidad de los clientes. La empresa opera a nivel mundial y ofrece datos y análisis a empresas y gobiernos.

Para más información, visite spotify.com

Acerca de Spotify:
Spotify es un proveedor sueco de servicios de streaming de audio y medios de comunicación, y uno de los mayores proveedores de servicios de streaming de música del mundo. Ofrece una enorme biblioteca de música y podcasts a millones de usuarios, operando con un modelo freemium. La empresa ha comenzado recientemente a implementar políticas relativas al uso y la declaración de la inteligencia artificial en la creación musical en su plataforma.

Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica es un referente en la práctica jurídica en la región, construido sobre una base de integridad inquebrantable y un impulso por la distinción profesional. Con una dilatada trayectoria en el asesoramiento a una clientela diversa, el bufete defiende constantemente soluciones jurídicas innovadoras para hacer frente a los retos actuales. Este enfoque innovador va acompañado de un profundo compromiso social para desmitificar la ley, esforzándose por fomentar una sociedad más fuerte y mejor informada, haciendo que el conocimiento jurídico sea accesible para todos.

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