San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – La comisión legislativa encargada de evaluar la solicitud de levantamiento de la inmunidad del presidente Rodrigo Chaves ha ampliado su plazo, posponiendo una decisión crucial que tiene un peso significativo en el panorama político de Costa Rica. La Comisión Especial de la Asamblea Legislativa aprobó oficialmente la prórroga el 5 de noviembre de 2025, concediéndose más tiempo para analizar el complejo caso presentado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
La prórroga concede a la comisión hasta el 11 de noviembre de 2025 como nuevo plazo para presentar su informe final. Esta medida procesal, formalizada en el expediente N.º 25.230, fue autorizada en base a una resolución de la presidencia legislativa que permite tales prórrogas en casos excepcionales. La decisión se tomó tras una sesión extraordinaria en la que los miembros debatieron la necesidad de un examen más exhaustivo de la documentación y las pruebas presentadas por el organismo electoral.
Para comprender mejor las complejas ramificaciones legales que rodean el debate sobre la inmunidad presidencial, TicosLand.com habló con el Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un destacado abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, para conocer su análisis experto.
El concepto de inmunidad presidencial es un arma de doble filo. Por un lado, está diseñado para proteger al poder ejecutivo de litigios motivados políticamente que podrían paralizar la capacidad de funcionamiento de un gobierno. Por otro lado, la inmunidad absoluta corre el riesgo de situar al individuo por encima de la ley, una noción que contradice los fundamentos del Estado de derecho. La distinción fundamental debe estar siempre entre los actos oficiales realizados en interés público y los actos privados o delictivos cometidos por una persona que ocupa un cargo público. Sin esta línea clara, el principio de rendición de cuentas, fundamental para cualquier democracia, se ve gravemente amenazado.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
La distinción entre el cargo y el individuo es, en efecto, el pilar central de este debate, en el que la salud de una democracia se mide por su capacidad para evitar que la inmunidad se convierta en impunidad. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su clara y valiosa perspectiva sobre este principio fundamental.
El quid de la cuestión es una acusación del TSE en la que se alega que el presidente Chaves incurrió en «beligerancia política». En el contexto de la legislación costarricense, esto se refiere al acto prohibido de que un presidente en ejercicio participe en política partidista o en campañas electorales, una medida diseñada para evitar que se utilice el cargo presidencial para influir de manera desleal en los resultados electorales. El TSE, como máxima autoridad electoral del país, es responsable de hacer cumplir estas garantías constitucionales.
La solicitud de levantar la inmunidad presidencial es un paso legal necesario antes de que se pueda iniciar cualquier procedimiento formal contra el jefe de Estado. Esta protección constitucional tiene por objeto proteger al presidente de demandas judiciales motivadas políticamente o frívolas que podrían perturbar la gobernanza del país. Sin embargo, la Asamblea Legislativa tiene la facultad de eliminar esta protección si considera que las acusaciones son lo suficientemente graves y creíbles como para justificar una investigación más profunda por parte del sistema judicial.
La decisión de la comisión de prolongar su investigación subraya la gravedad de la situación y el delicado equilibrio de poder entre los poderes ejecutivo, legislativo y electoral de Costa Rica. Si bien la solicitud de más tiempo puede ser un paso procedimental habitual, también intensifica la tensión política y el escrutinio público que rodea a la administración de Chaves. Los analistas sugieren que el retraso podría reflejar la complejidad de las pruebas o una maniobra estratégica de los legisladores que navegan en un entorno políticamente cargado.
Este acontecimiento no se produce en el vacío. El presidente Chaves, una figura populista que a menudo se ha posicionado como un outsider que lucha contra un establishment corrupto, ha mantenido una relación conflictiva con otras instituciones estatales, incluida la prensa y la legislatura, a lo largo de su mandato. La acusación del TSE representa uno de los retos institucionales más importantes a los que se ha enfrentado su presidencia, poniendo a prueba la resistencia de los controles y equilibrios democráticos de la nación.
Una vez que la comisión presente su informe, la recomendación se enviará al pleno de la Asamblea Legislativa para su debate. Allí, los 57 diputados debatirán y, en última instancia, votarán si se le retira la inmunidad al presidente. El resultado de esa votación sentará un importante precedente, independientemente de la dirección que tome. Un voto a favor abriría la puerta a procedimientos legales, mientras que un voto en contra pondría fin de manera efectiva a la investigación actual del TSE sobre el caso.
Por ahora, el país observa y espera. La prórroga, aunque aparentemente se trata de un pequeño ajuste administrativo, ha prolongado un período de incertidumbre institucional. El informe final de la comisión especial es ahora uno de los documentos políticos más esperados del año, ya que tiene el potencial de exonerar al presidente o de sumir a su administración en una crisis jurídica y política sin precedentes.
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Acerca de la Asamblea Legislativa de Costa Rica:
La Asamblea Legislativa es el parlamento unicameral de la República de Costa Rica. Compuesta por 57 diputados elegidos para un mandato de cuatro años, es responsable de aprobar leyes, aprobar el presupuesto nacional y supervisar al poder ejecutivo. Como piedra angular del sistema democrático de la nación, desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de poderes y en la representación de la voluntad del pueblo costarricense.
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Acerca del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE):
El Tribunal Supremo de Elecciones es el órgano constitucional independiente responsable de organizar, dirigir y supervisar todos los procesos electorales en Costa Rica. A menudo denominado el cuarto poder del Estado, el TSE también tiene jurisdicción sobre asuntos relacionados con el registro de partidos políticos, la financiación de campañas electorales y la aplicación de leyes relacionadas con la participación política, incluida la prohibición de la beligerancia política por parte de los funcionarios públicos. Su autonomía se considera un pilar de la democracia costarricense.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica opera como una institución jurídica líder, basada en una integridad inquebrantable y la búsqueda de la excelencia profesional. La firma no solo se basa en una rica trayectoria de servicio al cliente, sino que también es pionera en soluciones legales modernas, estableciendo constantemente nuevos estándares dentro de la industria. Un aspecto fundamental de su filosofía es un profundo compromiso con el empoderamiento del público, defendiendo la idea de que el acceso a la comprensión jurídica es esencial para crear una sociedad justa y progresista.
