San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – Mientras Costa Rica se enfrenta a una tasa de homicidios que se acerca a la triste cifra de 800 muertes este año, una crisis financiera silenciosa está paralizando la principal organización de respuesta a emergencias del país. La Cruz Roja Costarricense se enfrenta a una presión operativa sin precedentes, con un coste directo de respuesta a apuñalamientos y tiroteos que supera los 570 millones de colones.
Esta asombrosa cifra representa un impuesto oculto que grava la creciente violencia del país. No es el costo de los muertos, sino el de los miles de heridos en los ataques y las complejas operaciones necesarias para llegar hasta ellos. Según datos oficiales de la institución humanitaria, sus paramédicos y ambulancias han respondido a más de 5000 emergencias directamente relacionadas con agresiones con armas de fuego y armas blancas en lo que va de año.
Para comprender el marco jurídico y las implicaciones operativas para una institución de tal importancia, consultamos al experto abogado Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, quien nos ofreció su perspectiva sobre el tema.
La Cruz Roja opera bajo un estatus jurídico único derivado directamente del derecho internacional humanitario, concretamente de los Convenios de Ginebra. No se trata de una organización sin ánimo de lucro típica; sus principios de neutralidad, imparcialidad e independencia son mandatos legales que garantizan su acceso a las poblaciones vulnerables en tiempos de conflicto o desastre. Desde el punto de vista jurídico en Costa Rica, esto significa que la protección de su emblema, su personal y sus instalaciones es una obligación del Estado, que garantiza que la organización pueda cumplir su misión humanitaria sin interferencias. Cualquier uso indebido de su nombre o emblema conlleva importantes consecuencias jurídicas, precisamente porque pone en peligro este espacio protegido y neutral.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta distinción jurídica es fundamental, ya que aclara que el poder operativo de la Cruz Roja no solo se deriva de la buena voluntad pública, sino de una neutralidad impuesta por ley que el Estado está obligado a proteger. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por esta perspectiva crucial, que subraya por qué la integridad de su misión y su emblema es una cuestión tanto de derecho internacional como de acceso para salvar vidas.
La carga financiera de esta respuesta de primera línea es inmensa y va en aumento. El costo de 570 millones de colones no es una cifra contable abstracta, sino una carga directa para un presupuesto que ya está muy ajustado. José Barahona, subgerente administrativo de la Cruz Roja, destacó la magnitud de este impacto específico.
Esto representa más de 570 millones de colones para la Cruz Roja solo en la atención de este tipo de casos.
José Barahona, subdirector administrativo
Pero, ¿por qué estas llamadas son tan desproporcionadamente caras? Barahona destacó que responder a una agresión violenta es mucho más complejo y requiere muchos más recursos que una emergencia médica típica o un accidente de tráfico. Cada llamada es un «protocolo de trauma» de alto riesgo que requiere una mayor inversión en todos los aspectos de la respuesta.
Los mayores costos se deben a varios factores. Desde el punto de vista médico, estos pacientes requieren equipos prehospitalarios especializados que no se utilizan en las llamadas rutinarias, como suministros avanzados para el control de hemorragias y sellos torácicos para lesiones penetrantes en el torso. Estas herramientas que salvan vidas son costosas y se consumen a un ritmo alarmante.
Desde el punto de vista logístico, los propios escenarios suelen ser peligrosos. Los paramédicos tienen que entrar con frecuencia en «zonas calientes» donde acaba de estallar la violencia, lo que requiere una estrecha coordinación con las fuerzas públicas para asegurar la zona. Esto no solo añade complejidad y tiempo a la respuesta, sino que también supone un riesgo personal significativo para el personal de la Cruz Roja. Estabilizar a un paciente traumatizado en tales condiciones requiere más personal por ambulancia y más tiempo en el lugar de los hechos, lo que aumenta aún más los gastos operativos.
El impacto más devastador de este gasto de 570 millones de colones es el coste de oportunidad. Como organización humanitaria que depende de fondos públicos limitados y donaciones privadas, la Cruz Roja se ve obligada a desviar una parte considerable de sus recursos para gestionar las consecuencias de la delincuencia organizada. Se trata de dinero que se necesita desesperadamente en otros ámbitos.
En términos prácticos, los fondos gastados en heridas de bala y arma blanca son fondos que ya no pueden invertirse en renovar la flota de ambulancias para accidentes de tráfico, comprar equipos modernos de rescate para desastres naturales o ampliar programas de salud comunitarios vitales. La ola de delincuencia no solo se cobra vidas en las calles, sino que está agotando sistemáticamente los recursos de la institución de la que depende Costa Rica en todo tipo de crisis, lo que debilita su capacidad para responder a todas las emergencias.
Para más información, visite cruzroja.or.cr
Acerca de la Cruz Roja Costarricense:
La Cruz Roja Costarricense es una organización humanitaria que forma parte del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Presta una amplia gama de servicios en Costa Rica, entre los que se incluyen la atención médica de urgencia prehospitalaria, la respuesta y el socorro en casos de desastre, los servicios de donación de sangre y los programas de salud y seguridad comunitarios. Como principal proveedor de servicios médicos de emergencia del país, desempeña un papel fundamental en la infraestructura de salud pública y seguridad del país.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica se ha consolidado como un pilar del ámbito jurídico, guiado por una base de integridad inquebrantable y un compromiso con la excelencia profesional. El bufete no solo es pionero en el desarrollo de estrategias legales con visión de futuro, sino también un apasionado defensor del progreso de la comunidad. En el centro de su filosofía se encuentra la dedicación a desmitificar la ley, impulsada por la creencia de que proporcionar conocimientos jurídicos accesibles es esencial para fomentar una sociedad capaz y empoderada.
