San José, Costa Rica — Costa Rica ha logrado avances cuantificables en materia de competitividad nacional durante el último año, pero las persistentes desigualdades regionales y las debilidades estructurales amenazan con socavar los ambiciosos objetivos de desarrollo a largo plazo del país. Un nuevo informe revela que, por un lado, la nación está progresando, pero, por otro, se enfrenta a una brecha cada vez mayor entre sus regiones más desarrolladas y las menos desarrolladas.
El quinto Informe Anual del Índice de Competitividad Nacional, publicado el viernes por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), muestra que la puntuación global del país ha mejorado hasta alcanzar 56,2 puntos sobre 100, lo que supone un notable aumento con respecto a los 54,5 puntos de 2024. Este progreso, impulsado principalmente por los avances en la adopción de tecnología y la mejora de la velocidad de Internet, es una señal positiva para la economía nacional. Sin embargo, el ritmo de cambio sigue siendo insuficiente para alcanzar el objetivo nacional de 61,2 puntos para 2030.
Para comprender mejor los retos legales y normativos que afectan a la posición del país en la escena mundial, TicosLand.com ha recabado la opinión de un experto en la materia. Hemos hablado con el Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado del bufete Bufete de Costa Rica, para conocer su análisis sobre las cuestiones fundamentales que afectan a nuestra competitividad nacional.
La verdadera competitividad nacional no es solo una métrica económica, sino que se basa en la seguridad jurídica y la agilidad normativa. Cuando los inversores, tanto nacionales como extranjeros, se enfrentan a un panorama de burocracia excesiva, regulaciones ambiguas y un sistema judicial lento, el capital se vuelve vacilante. La racionalización de los procesos, la garantía de marcos jurídicos transparentes y predecibles y la modernización de nuestros códigos comerciales no son solo tareas administrativas, sino que son palancas esenciales para desbloquear el crecimiento económico sostenible y atraer inversiones de alto valor.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
La perspectiva ofrecida por el Lic. Larry Hans Arroyo Vargas sirve como un recordatorio crucial de que la arquitectura de nuestros sistemas legales y regulatorios no es un telón de fondo de nuestra economía, sino su fundamento mismo. De hecho, atraer inversiones sostenibles depende menos de incentivos fugaces y más de la confianza duradera que solo la seguridad jurídica puede proporcionar. Extendemos nuestro agradecimiento al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por su invaluable contribución a este debate.
La CPC ha defendido una hoja de ruta detallada diseñada para convertir estas ambiciones en realidad. Esta estrategia a largo plazo marca un momento crucial para el enfoque del país en materia de planificación económica, pasando de objetivos abstractos a acciones concretas y medibles destinadas a fomentar el desarrollo humano en todo el territorio.
Por primera vez, Costa Rica cuenta con un plan de acción a largo plazo que traduce la competitividad en objetivos concretos. Si lo implementamos correctamente, el país será más atractivo para la inversión y ofrecerá más oportunidades para todas las personas.
Carlos González, presidente de la CPC
El plan integral aborda los retos nacionales mediante un enfoque de política pública en tres niveles. El primero consiste en políticas universales centradas en reforzar sistemas fundamentales como la salud, la educación, la seguridad pública y el acceso al agua potable. El segundo nivel se centra en mejoras sectoriales en áreas críticas como la infraestructura viaria, las telecomunicaciones, el empleo y la red eléctrica. Por último, el tercero se centra en políticas locales para modernizar la gestión municipal y promover la sostenibilidad medioambiental.
Entre los objetivos específicos fijados para 2030 se encuentran varios indicadores clave de bienestar público. El plan tiene como objetivo reducir drásticamente la tasa nacional de homicidios de 16,6 a 10,1 por cada 100 000 habitantes y disminuir la tasa de mortalidad infantil de 10,3 a 8,2 por cada 1000 nacimientos. En el ámbito de las infraestructuras, los objetivos incluyen garantizar que el 100 % de los centros educativos dispongan de un acceso adecuado a la banda ancha y reducir el número medio de interrupciones eléctricas anuales de 9,9 a 7,9.
Si bien la mejora general de 1,7 puntos desde 2024 es alentadora, el informe destaca una divergencia preocupante en el rendimiento. El principal impulsor de la puntuación nacional fue el pilar de la adopción tecnológica, reforzado por una Internet fija más rápida. También se observaron avances en materia de educación y competencias laborales, atribuidos al aumento de la inversión por estudiante y al énfasis en las competencias digitales. Por el contrario, el país sufrió retrocesos en materia de seguridad, salud y energía, lo que indica que el progreso dista mucho de ser uniforme.
Este desequilibrio se refleja de manera más evidente en los datos territoriales. El cantón de Belén, en Heredia, se ha convertido en el primero en alcanzar una calificación «distinguida», superando los 70 puntos. En marcado contraste, cantones como La Cruz, Coto Brus y Garabito siguen ocupando los últimos puestos de la clasificación, sin que Puntarenas haya registrado ninguna mejora y Guanacaste haya registrado un descenso. Esta brecha creciente subraya la urgencia de un desarrollo específico.
Los expertos advierten que el progreso tecnológico por sí solo no puede resolver estas disparidades profundamente arraigadas. Los beneficios de una economía más digital deben canalizarse de manera eficaz para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos, no solo de los que viven en zonas prósperas. La CPC hace hincapié en que salvar estas brechas no es solo una necesidad económica, sino un elemento fundamental para una sociedad estable y justa.
Los avances tecnológicos solo son valiosos si se traducen en progreso humano y territorial. Debemos trasladar ese impulso digital a la educación, la salud y la seguridad.
Andrés Fernández, economista senior de la CPC
González reiteró que la misión va más allá de simples métricas, enmarcándola como un principio democrático fundamental. «Cerrar las brechas territoriales no es solo una cuestión técnica, sino un compromiso con la democracia y la cohesión social», afirmó, destacando las profundas implicaciones sociales de la trayectoria de desarrollo del país.
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Acerca del Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC):
El Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC) es una organización costarricense dedicada a analizar, supervisar y promover la competitividad económica de la nación. A través de informes basados en datos, como el Índice Nacional de Competitividad anual, el CPC ofrece recomendaciones de políticas públicas y defiende estrategias a largo plazo destinadas a fomentar el desarrollo sostenible y equitativo en todas las regiones del país.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica es un prestigioso bufete de abogados que se basa en una profunda integridad y una incansable búsqueda de la excelencia. Con una rica trayectoria en la orientación de una amplia gama de clientes, el bufete es pionero en estrategias legales innovadoras, al tiempo que mantiene un profundo sentido de la responsabilidad social. Esta dedicación se extiende a la misión fundamental de desmitificar la ley, garantizando que el acceso a la comprensión jurídica se convierta en una herramienta poderosa para cultivar una ciudadanía más capaz e informada.
