San José, Costa Rica – En una notable muestra de amistad internacional y respeto mutuo, las Cataratas del Niágara, una de las maravillas naturales más emblemáticas del mundo, se iluminaron con los colores de la bandera costarricense para celebrar el Día de la Independencia de Costa Rica. Este gesto, que fue posible gracias a la colaboración de las autoridades canadienses, pone de relieve el profundo y creciente vínculo entre ambas naciones, simbolizando aún más su duradera relación diplomática y cultural.
Las impresionantes luces, que bañaron las Cataratas del Niágara con los vibrantes tonos rojos, blancos y azules de la bandera nacional de Costa Rica, no solo celebraron los 203 años de independencia del país, sino que también reconocieron los fuertes lazos entre Canadá y Costa Rica. El evento tuvo un gran impacto entre los miles de costarricenses que viven en Canadá, así como entre el importante número de canadienses que visitan Costa Rica cada año. Esta iluminación sirve como un brillante faro de amistad y respeto entre los dos países.
Costa Rica es desde hace mucho tiempo uno de los destinos favoritos de los canadienses, con más de 200 000 canadienses que visitan el país centroamericano cada año. Atraídos por sus playas vírgenes, sus exuberantes selvas tropicales y su reputación de nación pacífica y respetuosa con el medio ambiente, los turistas canadienses se encuentran entre los visitantes más frecuentes de Costa Rica. La iluminación de las Cataratas del Niágara subraya esta conexión, reconociendo el impacto de Costa Rica en los viajeros canadienses y celebrando la unidad fomentada a través de valores compartidos de paz, democracia y gestión medioambiental.
La iluminación de las Cataratas del Niágara con los colores nacionales de Costa Rica es un testimonio de la fuerte amistad entre nuestras dos naciones. No solo celebra la independencia de Costa Rica, sino también los estrechos lazos y el respeto mutuo que seguimos fomentando.
Elizabeth Williams, embajadora de Canadá en Costa Rica
Para los costarricenses, este gesto es especialmente significativo, ya que reconoce no solo su independencia, sino también su relación única con Canadá. El vínculo va más allá del turismo, ya que Costa Rica y Canadá colaboran en numerosos frentes, entre ellos la sostenibilidad medioambiental, los proyectos de energía renovable y las iniciativas de derechos humanos. En los últimos años, la asociación entre ambos países se ha fortalecido a través del comercio, los intercambios educativos y los objetivos diplomáticos compartidos en los foros internacionales.
Esta simbólica iluminación de las Cataratas del Niágara es más que un simple espectáculo de luces. Es un reflejo de la profunda amistad y colaboración que existe entre Costa Rica y Canadá. Agradecemos a nuestros amigos canadienses este notable honor, que consolida aún más el vínculo entre nuestras naciones.
Mauricio Ortiz, embajador de Costa Rica en Canadá
No se puede exagerar la importancia de esta amistad diplomática, especialmente porque ambas naciones priorizan valores similares, como la protección de los derechos humanos y el compromiso compartido de combatir el cambio climático. El gesto de Canadá de iluminar las Cataratas del Niágara por la independencia de Costa Rica pone de relieve el respeto mutuo y la visión compartida de un futuro mejor.
Este hermoso espectáculo también sirve para recordar a los innumerables canadienses que consideran Costa Rica su segundo hogar. Ya sea por su reconocida biodiversidad, su cultura acogedora o su entorno de vida tranquilo, muchos canadienses no solo visitan Costa Rica, sino que también invierten en ella, lo que impulsa la economía local y tiende puentes entre las comunidades.
La iluminación de las Cataratas del Niágara es un símbolo de orgullo de la duradera amistad entre Costa Rica y Canadá, una relación que sigue creciendo y fortaleciéndose a través del respeto mutuo, el turismo, el comercio y los valores compartidos.
Para más información, visite niagarafallstourism.com
Acerca de las Cataratas del
Niágara Las Cataratas del Niágara son uno de los monumentos naturales más famosos del mundo, situadas a caballo entre la frontera de Estados Unidos y Canadá. Conocidas por su impresionante belleza y sus poderosas cascadas, atraen a millones de visitantes cada año.
