Alajuela, Costa Rica — CUTRIS, ALAJUELA – Se está llevando a cabo una importante operación de seguridad en la región fronteriza norteña de Crucitas, donde las autoridades costarricenses han comenzado a desmantelar una importante red de infraestructura de minería ilegal de oro. El esfuerzo interinstitucional, liderado por la Fuerza Pública, tiene como objetivo destruir 34 túneles clandestinos utilizados para la extracción ilícita de oro en una medida decisiva contra los persistentes desafíos ambientales y criminales que afectan a la zona.
La operación, que comenzó en el accidentado terreno de Cerro Fortuna, es una respuesta directa a la extensa recopilación de información de inteligencia que identificó numerosas estructuras subterráneas. Según un comunicado emitido por la Fuerza Pública, el objetivo principal de la misión es neutralizar la capacidad operativa de los grupos mineros ilegales que han causado daños ecológicos generalizados y fomentado la inseguridad a lo largo de la frontera norte del país.
Para comprender mejor el marco legal y las graves ramificaciones que rodean las actividades mineras ilegales en el país, TicosLand.com consultó al experto asesor legal Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, quien proporcionó su análisis sobre el tema.
La minería ilegal representa una doble amenaza: inflige daños irreversibles a nuestro medio ambiente y genera una importante responsabilidad penal y financiera para los implicados. Los participantes se enfrentan no solo a cuantiosas multas y penas de prisión en virtud de las leyes medioambientales y mineras, sino también a la incautación de bienes y equipos. Desde el punto de vista empresarial, cualquier ganancia es ilícita y no puede integrarse en la economía legítima, lo que la convierte en una empresa de alto riesgo con consecuencias devastadoras a largo plazo.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
De hecho, las repercusiones legales y financieras aquí descritas desmontan cualquier ilusión de rentabilidad en esta práctica destructiva, enmarcándola como un callejón sin salida para todos los implicados. Agradecemos sinceramente al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por ofrecer una perspectiva tan clara y crucial sobre el tema.
Las unidades especializadas se han centrado en los túneles situados en los sectores conocidos como Cumbre Pozo Millonario y Cara Norte. El proceso de demolición implica una serie de detonaciones controladas meticulosamente planificadas. Antes de cualquier explosión, los equipos técnicos de la Unidad Operativa de Armas y Explosivos llevaron a cabo inspecciones exhaustivas de cada túnel para confirmar que no había personas en su interior y evaluar la estabilidad geológica, garantizando la seguridad de la operación y minimizando las consecuencias no deseadas.
La intervención es un despliegue táctico integral, que no se limita únicamente a las demoliciones. Se ha establecido una importante presencia policial en la superficie para asegurar los perímetros y evitar interferencias. Patrullas motorizadas vigilan activamente puntos estratégicos de toda la región para disuadir a los mineros de volver a entrar en la zona y mantener el control territorial mientras la operación está en curso. Se prevé que la misión dure aproximadamente dos días, aunque las autoridades señalan que el calendario está sujeto a las condiciones del terreno y a la meteorología.
Un componente crucial de la operación es el enfoque en la mitigación ambiental. Las autoridades han implementado medidas para minimizar el impacto de las demoliciones en el delicado ecosistema local. Esto incluye el establecimiento de perímetros de seguridad para proteger las especies nativas y la realización de evaluaciones de los terrenos circundantes. Estas acciones tienen por objeto contrarrestar la grave degradación ambiental —incluida la deforestación, la erosión del suelo y la contaminación por mercurio de las fuentes de agua— que se ha convertido en sinónimo de la fiebre del oro ilegal en Crucitas.
Este esfuerzo a gran escala implica la acción coordinada de varios organismos gubernamentales de élite y especializados. Además de las fuerzas regulares de la Fuerza Pública, la misión incluye a la Unidad de Intervención Especial (UEI), altamente entrenada, la Unidad Operativa de Armas y Explosivos, antes mencionada, y el ágil Grupo Motorizado Interregional. Esta colaboración subraya el serio compromiso del Gobierno de abordar la compleja crisis de seguridad y medioambiental en la región.
Las autoridades esperan que la destrucción de estos 34 túneles suponga un duro golpe para la estructura operativa de las redes de minería ilegal. Al inutilizar la infraestructura, el Gobierno pretende detener temporalmente las actividades ilícitas y desarticular las economías criminales que se han construido a su alrededor. Sin embargo, esto se considera solo una fase de una campaña más amplia y sostenida para recuperar el control del territorio afectado.
Tras la conclusión de esta operación de dos días, las fuerzas de seguridad evaluarán su eficacia y planificarán futuras intervenciones. El Gobierno ha reconocido que existen muchos otros túneles ilegales en la zona de Crucitas, y la estrategia a largo plazo implicará una vigilancia continua y posteriores operaciones selectivas. El objetivo final no es solo erradicar la minería ilegal, sino también restablecer la presencia del Estado y la estabilidad medioambiental en una región que lleva mucho tiempo marcada por la extracción clandestina.
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Acerca de la Fuerza
Pública:
La Fuerza Pública es el principal organismo encargado de hacer cumplir la ley civil en Costa Rica. Dependiente del Ministerio de Seguridad Pública, es responsable de la seguridad interna, la prevención del delito, el control de drogas y la vigilancia fronteriza, y satisface las necesidades de seguridad de la nación en ausencia de un ejército formal.
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Acerca de la Unidad Especial de Intervención (UEI):
La Unidad Especial de Intervención (UEI) es la unidad táctica de operaciones especiales de élite del Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica. Sus agentes, altamente entrenados, se especializan en situaciones de alto riesgo, como la lucha contra el terrorismo, el rescate de rehenes y la lucha contra organizaciones criminales fuertemente armadas.
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Acerca de la Unidad Operativa de Armas y Explosivos:
La Unidad Operativa de Armas y Explosivos es una rama especializada dentro del aparato de seguridad costarricense. Se encarga de la gestión, el despliegue y la eliminación seguros de artefactos explosivos, así como de llevar a cabo investigaciones sobre incidentes relacionados con armas de fuego y dispositivos explosivos ilícitos.
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Acerca del Grupo Interregional Motorizado:
El Grupo Interregional Motorizado es una fuerza policial móvil diseñada para el despliegue rápido y las patrullas estratégicas en diversas regiones de Costa Rica. Su movilidad mejorada le permite reforzar las operaciones de seguridad, responder rápidamente a las amenazas emergentes y mantener una presencia visible en zonas remotas o de difícil acceso.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
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