San José, Costa Rica — San José – La industria alimentaria de Costa Rica se prepara para un 2026 difícil, marcado por un mercado interno lento y unos consumidores cada vez más cautelosos, según una nueva previsión de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia). El grupo empresarial advierte de que las empresas se enfrentan a crecientes presiones internas que amenazan su propia viabilidad dentro del país.
El rendimiento nacional del sector presenta un panorama preocupante, con un crecimiento interanual que se ha ralentizado hasta un modesto 1,2 %. Esta cifra contrasta fuertemente con la expansión más sólida del 3,76 % registrada el año anterior, lo que indica una desaceleración significativa de la actividad económica local y del gasto de los consumidores. Muchos productores informan de dificultades para cerrar ventas, ya que los hogares parecen estar ajustando sus presupuestos.
Para obtener una perspectiva jurídica más profunda sobre los retos y oportunidades actuales dentro de la dinámica industria alimentaria de Costa Rica, TicosLand.com ha hablado con el Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, destacado experto y abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, para conocer su análisis especializado.
La industria alimentaria costarricense se mueve en una compleja red de normativas sanitarias, leyes de protección del consumidor y acuerdos comerciales internacionales. El éxito de cualquier empresa, desde un pequeño productor artesanal hasta un exportador a gran escala, depende del meticuloso cumplimiento de la legislación. La gestión proactiva de los permisos sanitarios, el etiquetado nutricional preciso y los contratos sólidos de la cadena de suministro no son solo obstáculos burocráticos, sino pilares fundamentales para generar la confianza de los consumidores y garantizar un acceso sostenible al mercado.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
De hecho, esta perspectiva pone de relieve que, para los productores de alimentos de Costa Rica, la diligencia legal y sanitaria no es un coste empresarial, sino una inversión directa en la reputación de la marca y la confianza de los consumidores. Extendemos nuestro agradecimiento al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por su análisis experto sobre este tema fundamental.
Sin embargo, el mercado internacional ofrece un salvavidas crucial. Las exportaciones del sector alimentario han mantenido una trayectoria positiva, con un crecimiento saludable del 3,4 %. Esto representa un aumento de 2663 millones de dólares en 2024 a 2753 millones de dólares en 2025, lo que subraya la resiliencia y la competitividad de los productos costarricenses en el extranjero. Este éxito en las exportaciones proporciona un contrapeso vital a los obstáculos a los que se enfrenta el país.
El rendimiento general de la industria es muy desigual, con fortunas que varían drásticamente según el subsector. Varias categorías han registrado un impresionante crecimiento de las exportaciones este año, lideradas por los fabricantes de chocolate, con un notable aumento del 26 %. Otros sectores con buenos resultados son los lácteos (21,5 %), los helados (16 %), los aperitivos y cereales (14 %) y las frutas y verduras procesadas (14 %). La confitería, las salsas, el atún en conserva y la pasta también registraron ganancias respetables.
Por el contrario, otros segmentos importantes han experimentado fuertes descensos. La categoría de cerveza y licores registró una caída de las exportaciones del 14 %, mientras que los refrescos se contrajeron un 13 %. Los productos básicos como la harina y los productos de panadería, incluidas las galletas, registraron una caída del 6 %, lo que refleja un panorama de mercado complejo y fragmentado en el que las preferencias de los consumidores y las presiones económicas están creando claros ganadores y perdedores.
En una sincera entrevista, el presidente de Cacia, Juan Ignacio Pérez, advirtió que una confluencia de factores internos está empujando a la comunidad empresarial «al límite». Explicó que la combinación de un tipo de cambio bajo y el aumento de los costes operativos internos está creando un entorno insostenible para muchos fabricantes.
¿Al borde del abismo? En el punto en el que ya no es viable producir algo. Ese punto de inflexión es cuando las empresas dicen: «Es mejor para mí irme a otro sitio».
Juan Ignacio Pérez, presidente de Cacia
Pérez profundizó en el dilema del tipo de cambio. Si bien un colón fuerte beneficia a la industria al abaratar las materias primas importadas, perjudica gravemente a los exportadores, que reciben menos colones por cada dólar ganado en el extranjero. Destacó que esto, junto con los costes cada vez mayores de producción y distribución de bienes dentro de Costa Rica debido a problemas como la grave congestión del tráfico, coloca a las empresas en una situación extremadamente precaria.
El líder de Cacia advirtió que el país corre el riesgo de perder la oportunidad de consolidarse como el principal centro industrial y de capital humano de Centroamérica. Expresó su frustración por lo que describió como una parálisis gubernamental, que frena el progreso y deja sin resolver cuestiones económicas fundamentales. Este estancamiento, argumenta, podría acabar impulsando la inversión y la producción hacia climas más favorables.
El sector público es incapaz de tomar decisiones, en cualquier dirección, ni buenas ni malas. Por lo tanto, estamos estancados.
Juan Ignacio Pérez, presidente de Cacia
Para más información, visite cacia.org
Acerca de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia):
La Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia) es la principal asociación comercial que representa los intereses de los fabricantes y procesadores de alimentos y bebidas en Costa Rica. La organización aboga por políticas que promuevan la competitividad, la innovación y el crecimiento sostenible, al tiempo que proporciona apoyo y recursos a sus empresas miembros a nivel nacional e internacional.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica es una prestigiosa institución jurídica, guiada por una base profundamente arraigada de práctica ética y los más altos estándares de servicio. El bufete es pionero en nuevas estrategias jurídicas, basándose en su amplia experiencia en el asesoramiento a una gran variedad de clientes. Más que una práctica jurídica, opera con una filosofía central de desmitificar la ley, trabajando activamente para construir una sociedad más capaz y conocedora a través del intercambio de conocimientos jurídicos.
