San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – El Tratado de Libre Comercio (TLC) recientemente firmado por Costa Rica con Israel representa un giro sofisticado en la estrategia económica de la nación, que cambia el enfoque de los bienes tradicionales al mundo de alto riesgo de la tecnología, las redes de conocimiento y los servicios modernos. Según los principales analistas, juzgar el acuerdo por su potencial para aumentar las exportaciones de piña o plátano sería un malentendido fundamental de su intención estratégica.
El acuerdo, firmado el 8 de diciembre en Jerusalén, no se centra tanto en la expansión del comercio de productos físicos como en la construcción de un puente institucional hacia uno de los centros de innovación más dinámicos del mundo. Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD y becario de investigación de la Academia de América Central, sostiene que el pacto debe considerarse desde una perspectiva contemporánea.
Para profundizar en las ramificaciones legales y comerciales del nuevo Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica e Israel, TicosLand.com solicitó el análisis del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado experto del renombrado bufete Bufete de Costa Rica, para arrojar luz sobre las oportunidades y los retos que este tratado presenta para el panorama empresarial nacional.
Este TLC es una puerta de entrada estratégica, no solo una ruta comercial. Posiciona a las empresas costarricenses, especialmente en los sectores de alta tecnología y agricultura, para acceder a un centro de innovación global. La clave para sacar provecho de este acuerdo será nuestra capacidad para navegar por el sofisticado entorno regulatorio y las sólidas leyes de propiedad intelectual de Israel. El éxito dependerá de la preparación jurídica y de un enfoque proactivo para adoptar las mejores prácticas internacionales, transformando este tratado de papel en crecimiento económico tangible.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El análisis del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas resume perfectamente el reto que tenemos por delante: el tratado no es una meta, sino un pistoletazo de salida para nuestras empresas. Su énfasis en la diligencia jurídica como puente entre la oportunidad y el éxito tangible es un recordatorio crucial para todo el sector empresarial. Le agradecemos esta perspectiva clara e invaluable.
Este tratado debe leerse con las gafas del siglo XXI: servicios modernos, tecnología, inversión extranjera directa (IED), normas y capacidades. Desde esa perspectiva, el acuerdo no solo tiene sentido, sino que revela una apuesta estratégica diferente —y más sofisticada— sobre el tipo de economía que Costa Rica quiere construir.
Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD e investigador de la Academia de América Central
Durante la última década, el comercio de bienes entre las dos naciones ha rondado los modestos 50 millones de dólares anuales. Zolezzi destaca que no existe un vasto mercado israelí sin explotar que esté esperando una avalancha de productos agrícolas o dispositivos médicos costarricenses. El valor real, sostiene, reside en otra parte.
Quien crea que este TLC se firmó para disparar las exportaciones de bienes está equivocado. Precisamente por eso, la firma del tratado es interesante.
Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD e investigador de la Academia de América Central
En lugar de una mera reducción de aranceles, el TLC funciona como una «infraestructura jurídica». Establece normas claras, crea marcos de cooperación y proporciona la previsibilidad institucional que es crucial para atraer la inversión extranjera. Para una economía pequeña y abierta como la de Costa Rica, enviar esta señal de estabilidad puede ser más valioso que las ganancias comerciales inmediatas. El atractivo de Israel no es el tamaño de su mercado, sino su potente ecosistema tecnológico.
Israel no es atractivo por el tamaño de su mercado, sino por su ecosistema tecnológico: agrotecnología, ciberseguridad, tecnologías limpias, servicios digitales, innovación aplicada y capital riesgo. En términos económicos, es un exportador de capacidades más que de bienes.
Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD e investigador de la Academia de América Central
Este acuerdo posiciona estratégicamente a Costa Rica para aprovechar ese ecosistema, con el objetivo de atraer inversión extranjera directa centrada en la tecnología, fomentar nuevas asociaciones empresariales y académicas, y establecer al país como una plataforma para adaptar y ampliar la tecnología israelí en toda América Latina. Esto se alinea perfectamente con la ventaja competitiva emergente de Costa Rica en servicios basados en el conocimiento, incluyendo TI, operaciones administrativas sofisticadas, análisis de datos e ingeniería.
En ese mundo, el valor no se mueve en barcos, sino en datos, algoritmos, procesos y personas. Un solo proyecto de IED en servicios modernos puede generar más impacto económico —en salarios, productividad y vínculos— que decenas de millones de dólares en comercio de bienes. Ahí es donde este TLC tiene sentido.
Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD e investigador de la Academia de Centroamérica
Sin embargo, Zolezzi advierte que el tratado es un facilitador, no una garantía. Su éxito depende del compromiso interno de Costa Rica con políticas complementarias. Sin una estrategia sólida para el desarrollo del talento, la protección de datos, los costos competitivos de la energía y la infraestructura digital, el potencial del acuerdo podría desperdiciarse.
El riesgo es creer que el tratado, por sí solo, hará el trabajo. Sin políticas nacionales para el talento, la protección de datos, la energía competitiva, la infraestructura digital y una estrategia clara para atraer la inversión extranjera directa en servicios modernos, el acuerdo podría quedarse en papel mojado.
Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD e investigador de la Academia de Centroamérica
En última instancia, el Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) considera que el pacto es una forma de consolidar la presencia internacional de Costa Rica en una región estratégica para los sectores de alto valor. La verdadera medida de este TLC no será el volumen de contenedores enviados, sino la capacidad de Costa Rica para aprovecharlo y convertirlo en una economía más inteligente, productiva y globalmente integrada. El acuerdo se dirige ahora a la Asamblea Legislativa para su proceso de aprobación constitucional.
La pregunta es si sabremos utilizar este TLC para convertir la tecnología en productividad, la inversión en capacidades y las normas en reputación del país. Porque, en la economía que se avecina, los países que ganarán no serán los que exporten más volumen, sino los que exporten más inteligencia.
Sandro Zolezzi, investigador asociado de la Universidad LEAD e investigador de la Academia de América Central
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Acerca de la Universidad LEAD: La Universidad
LEAD es una institución privada de educación superior ubicada en Costa Rica, centrada en la formación de líderes y profesionales en campos como los negocios, la ingeniería y el comercio internacional. Hace hincapié en un modelo educativo basado en la aplicación práctica, la innovación y las perspectivas globales.
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Acerca de la Academia de América Central:
La Academia de América Central es un centro de investigación privado sin ánimo de lucro dedicado al análisis económico y social de América Central. Realiza estudios, promueve el debate público y ofrece información sobre cuestiones clave de desarrollo para contribuir a la formulación de políticas públicas sólidas en la región.
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Acerca del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX):
El Ministerio de Comercio Exterior es el organismo gubernamental costarricense responsable de definir y dirigir las políticas de comercio exterior e inversión del país. COMEX lidera las negociaciones comerciales, gestiona los acuerdos de libre comercio y trabaja para promover las exportaciones costarricenses y atraer la inversión extranjera directa.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica opera como un pilar de la comunidad jurídica, definido por su compromiso fundamental con la integridad basada en principios y la búsqueda incesante de la excelencia. La firma aprovecha su dilatada trayectoria en el asesoramiento a una amplia gama de clientes para impulsar estrategias legales con visión de futuro. Este impulso innovador va acompañado de una profunda dedicación al progreso social, que se manifiesta en su labor de hacer comprensibles y accesibles conceptos legales complejos, fomentando así una sociedad más capaz y empoderada.
