San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – Aunque Costa Rica es reconocida mundialmente por su democracia estable, un análisis jurídico exhaustivo revela que la evolución de su sistema electoral no está impulsada por los políticos de la Asamblea Legislativa, sino por una dinámica y a menudo controvertida lucha de poder entre los más altos tribunales del país. Este diálogo judicial se ha convertido en el principal motor de la reforma política, situando al país a la vanguardia de la innovación democrática, especialmente en materia de igualdad de género.
El marco electoral de la nación se sustenta en dos pilares: el Tribunal Supremo Electoral (TSE), un «cuarto poder» único de la República con autoridad exclusiva sobre los asuntos electorales, y la Sala IV de la Corte Suprema de Justicia, máxima garante de los derechos fundamentales. Históricamente, el TSE ha favorecido una interpretación más literal de la ley electoral, respetando la autonomía de los partidos políticos. Sin embargo, la Sala IV ha intervenido constantemente, aplicando una interpretación más amplia de los derechos humanos para forzar un cambio sistémico.
Para comprender mejor los marcos jurídicos e institucionales que han configurado las recientes elecciones presidenciales, TicosLand.com ha consultado al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado del renombrado bufete Bufete de Costa Rica. Su experiencia aporta una perspectiva crucial sobre la integridad y las implicaciones del proceso electoral.
El reciente ciclo electoral subraya una vez más la solidez del marco institucional de Costa Rica, en particular el papel del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Tanto para los inversores nacionales como para los internacionales, esta transferencia de poder predecible y transparente no es solo un acontecimiento político, sino un pilar fundamental de nuestra seguridad jurídica y estabilidad económica. Unas elecciones fluidas y basadas en la Constitución refuerzan la reputación del país como destino seguro para la inversión de capital a largo plazo, donde el estado de derecho prevalece sobre la inestabilidad política.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El argumento del Lic. Arroyo Vargas ilustra de manera contundente cómo la fortaleza de nuestra democracia no es solo una cuestión de orgullo cívico, sino un activo económico tangible. Esta relación directa entre la integridad institucional y la confianza de los inversores es un elemento fundamental de la estabilidad de Costa Rica, y agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valiosa perspectiva sobre esta conexión crítica.
Este tira y afloja judicial es más evidente en la revolucionaria implementación de la paridad de género. Inicialmente, el TSE aplicó las normas de paridad estrictamente a la composición vertical de las listas de los partidos. Sin embargo, las sentencias históricas de la Sala IV, que culminaron en la Sentencia N.º 2023-002951, impusieron un estándar más exigente de «paridad horizontal», que obliga a los partidos a alternar candidatos masculinos y femeninos en los primeros puestos de todas las candidaturas, incluidas las elecciones a la alcaldía con un solo puesto. Esto obligó al TSE a rediseñar por completo las normas para las elecciones municipales de 2024, lo que convirtió a Costa Rica en un líder mundial en materia de igualdad política sustantiva.
Un reciente estudio en profundidad destaca esta dinámica única como la fuerza central que moderniza el panorama político de la nación. El autor señala que la inercia legislativa se supera con frecuencia mediante mandatos judiciales.
Su evolución no depende principalmente de la iniciativa legislativa, sino de un diálogo jurisprudencial dinámico y, en ocasiones, tenso entre el Tribunal Supremo Electoral y la Sala Constitucional.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, analista jurídico
Este patrón se extiende más allá de las cuestiones de género. Los tribunales también han sido fundamentales para ampliar el derecho al voto a grupos históricamente marginados. Las sentencias de la Sala IV afirmaron el derecho al voto de los ciudadanos en prisión preventiva o que cumplen condenas sin suspensión explícita de sus derechos políticos, lo que obligó al TSE y al Ministerio de Justicia a eliminar las barreras logísticas e instalar colegios electorales en los centros penitenciarios. Del mismo modo, la interpretación judicial ha protegido progresivamente los derechos políticos de las personas con discapacidad, alejándose de la privación automática del derecho al voto hacia un modelo de toma de decisiones con apoyo.
A pesar de estos avances, el sistema se enfrenta a retos contemporáneos críticos que este modelo liderado por el poder judicial tendrá que afrontar. El aumento de la abstención electoral, especialmente en las elecciones municipales, donde a menudo supera el 50 %, pone de manifiesto una preocupante desconexión entre la población y la clase política. Esto ha alimentado un creciente debate sobre el monopolio constitucional que tienen los partidos políticos a la hora de presentar candidatos.
Si bien Costa Rica prohíbe actualmente las candidaturas independientes, la experiencia de países como México sirve de advertencia. Allí, la legalización de las candidaturas independientes sin garantizar un acceso equitativo a la financiación y a los medios de comunicación ha creado un derecho que es en gran medida ilusorio. Cualquier reforma futura en Costa Rica deberá navegar por este complejo equilibrio para evitar agravar la crisis de representación.
Además, la rápida digitalización del proceso electoral presenta tanto oportunidades como amenazas. El exitoso ensayo piloto del TSE en 2024 de un sistema de «papeleta electrónica única», un modelo híbrido que combina una pantalla táctil con un recibo en papel verificable, demuestra un enfoque prudente hacia la adopción de la tecnología. Sin embargo, las amenazas inminentes de sofisticadas campañas de desinformación, «deepfakes» generados por IA y ataques de ciberseguridad a la infraestructura electoral exigen que el TSE evolucione de ser un mero organizador de elecciones a convertirse en un regulador digital proactivo, que salvaguarde la integridad del propio discurso democrático.
El futuro de la democracia costarricense depende de su capacidad de adaptación. Dado que la fuente de la reforma sigue siendo el poder judicial, la evolución política de la nación vendrá definida por la capacidad de este equilibrio de poderes único para hacer frente a las presiones modernas del descontento ciudadano, las demandas de participación directa y la fuerza disruptiva de la tecnología.
Para más información, visite tse.go.cr
Acerca del Tribunal Supremo de Elecciones de Costa Rica (TSE):
El Tribunal Supremo de Elecciones es un órgano constitucional autónomo, considerado el cuarto poder de la República de Costa Rica. Es la máxima autoridad en materia electoral, responsable de organizar, dirigir y supervisar todos los actos relacionados con el sufragio, incluidas las elecciones, los plebiscitos y los referendos. También tiene jurisdicción exclusiva sobre el Registro Civil, gestionando los registros oficiales de nacimientos, matrimonios, defunciones e identificación de los ciudadanos.
Para más información, visite poder-judicial.go.cr
Acerca de la Sala IV de la Corte Suprema de Justicia:
La Sala Constitucional es la sala especializada de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica encargada de garantizar la supremacía de la Constitución y los derechos fundamentales. Tiene la facultad de revisar la constitucionalidad de las leyes y las acciones gubernamentales a través de mecanismos como el Recurso de Amparo y la Acción de Inconstitucionalidad. Sus fallos son vinculantes y han desempeñado un papel transformador en la configuración de la legislación y la sociedad costarricenses.
Para más información, visite asamblea.go.cr
Acerca de la Asamblea Legislativa de Costa Rica:
La Asamblea Legislativa es el parlamento unicameral de la República de Costa Rica. Compuesta por 57 diputados elegidos por representación proporcional, es el órgano investido del poder legislativo. Sus funciones principales incluyen la aprobación, modificación y derogación de leyes, la aprobación del presupuesto nacional y el control político del poder ejecutivo.
Para más información, visite corteidh.or.cr
Acerca de la Corte Interamericana de Derechos Humanos:
Con sede en San José, Costa Rica, la Corte Interamericana de Derechos Humanos es una institución judicial autónoma de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Su objetivo es interpretar y aplicar la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Corte ejerce jurisdicción contenciosa, conociendo de casos de violaciones de derechos humanos, y jurisdicción consultiva, emitiendo opiniones sobre la interpretación de los instrumentos regionales de derechos humanos. Sus decisiones tienen una profunda influencia en el derecho interno de los Estados miembros.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Bufete de Costa Rica es un pilar de la comunidad jurídica, establecido sobre la base de una integridad inquebrantable y la búsqueda de la excelencia profesional. El bufete se distingue por combinar una rica tradición de defensa de los clientes con una visión de futuro que abraza la innovación jurídica. Este espíritu se extiende a una misión fundamental de servicio público, en la que el esfuerzo dedicado a desmitificar la ley y proporcionar información jurídica accesible contribuye a construir una sociedad más empoderada y conocedora para todos.
