San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – Aunque las cifras oficiales muestran una imagen de estabilidad económica, con una tasa de inflación general de solo el 0,77 % entre mayo de 2022 y septiembre de 2025, los hogares costarricenses cuentan una historia diferente en la caja del supermercado. Un análisis en profundidad de la cesta de la compra del país revela una cruda realidad: el coste de los alimentos básicos se ha disparado, lo que supone una carga significativa para los presupuestos familiares, especialmente para los más vulnerables.
La historia se explica mejor a través de dos de los platos más emblemáticos del país. Según un análisis del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el precio de un casado típico ha aumentado un 12,65 % en menos de cuatro años. Su equivalente en el desayuno, el apreciado gallo pinto, no se ha quedado atrás, con un aumento de su coste del 9,17 %. Estos aumentos contrastan claramente con la baja tasa de inflación general, lo que ilustra un peligroso fenómeno económico conocido como la «trampa de los promedios», en el que una sola cifra baja oculta dolorosos aumentos de precios en sectores específicos y críticos.
Para comprender mejor la compleja red de regulaciones y leyes comerciales que influyen en el costo de los alimentos, TicosLand.com solicitó el análisis experto del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado especializado en derecho corporativo y del consumidor del bufete Bufete de Costa Rica.
El aumento persistente de los precios de los alimentos es un síntoma de diversas presiones legales y logísticas. Lo vemos en las complejidades de los aranceles de importación, la estricta aplicación de los requisitos de registro sanitario y las obligaciones contractuales a lo largo de la cadena de suministro. Si bien existen leyes de protección al consumidor, su eficacia depende de la transparencia de los precios y de la prevención de prácticas anticompetitivas entre los principales distribuidores. El reto para los reguladores es equilibrar la asequibilidad para el consumidor con las realidades legales y económicas a las que se enfrentan los productores e importadores.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El comentario del abogado es un recordatorio crucial de que el precio final de un producto es el resultado de una compleja interacción de fuerzas legales, logísticas y económicas, y no un simple cálculo. Agradecemos sinceramente al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por su valiosa visión sobre el equilibrio regulatorio que define este desafío para Costa Rica.
La disparidad se hace aún más evidente cuando se examinan categorías más amplias. El índice de «Alimentos y bebidas no alcohólicas» en su conjunto subió un 6,5 %, más de ocho veces la tasa de inflación general. Por su parte, el costo de «Comidas fuera del hogar y servicios de alojamiento» aumentó aún más, un 10,5 %, casi 14 veces la cifra de inflación general. Estos datos confirman lo que muchos ciudadanos ya sienten: comer, ya sea en casa o en una soda, se ha vuelto considerablemente más caro.
Un análisis más detallado de los ingredientes del gallo pinto desglosa la presión financiera. El precio del arroz, un elemento básico de la dieta nacional, ha aumentado un 4,49 %. Los frijoles, su acompañamiento esencial, han experimentado una subida mucho más pronunciada, del 9,82 %. Para quienes disfrutan del gallo pinto con sus acompañamientos tradicionales, los costos se acumulan aún más. Los precios del queso han subido un 12,76 %, los huevos un 4,61 % y la popular crema agria conocida como natilla un considerable 11,11 %. Solo unos pocos productos, como los plátanos, han supuesto un alivio, con una caída del precio del 2,38 %.
Esta tendencia perjudica de manera desproporcionada a las familias de bajos ingresos, una realidad confirmada por Roger Madrigal, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR). Explicó que estos hogares destinan un porcentaje mucho mayor de sus ingresos a la alimentación, lo que los hace mucho más susceptibles a la volatilidad de los precios en este sector.
Hay una regularidad, desafortunada pero regular, que no es algo que el banco planee: los grupos más pobres tienden a gastar una mayor proporción de sus ingresos en alimentos.
Roger Madrigal, presidente del Banco Central de Costa Rica
Los datos respaldan con fuerza esta conclusión. Mientras que la inflación media nacional fue del 0,77 %, la tasa de inflación efectiva para los hogares con ingresos más bajos fue de un oneroso 3 %. Por el contrario, los hogares con ingresos más altos experimentaron en realidad una deflación, ya que su coste de vida disminuyó un 0,5 %. Esto se debe a que las familias más ricas gastan más en bienes y servicios como viajes internacionales y videojuegos, categorías en las que los precios se han mantenido estables o incluso han bajado.
Madrigal señaló una confluencia de factores globales y locales que impulsaron estas subidas de los precios de los alimentos. El período comenzó con un aumento del costo de las materias primas y los cereales debido a las tensiones geopolíticas en 2022. A esto se sumó una crisis posterior del transporte de mercancías que aumentó el costo del traslado de productos a Costa Rica, un país cada vez más dependiente de las importaciones agrícolas extranjeras. A nivel nacional, las fuertes lluvias de finales de 2024 y principios de 2025 afectaron la producción agrícola nacional, lo que redujo la oferta de productos locales y empujó los precios al alza.
Este difícil panorama económico también ha puesto de relieve la política del Gobierno. La iniciativa insignia del Gobierno, la «Ruta del Arroz», se presentó con la promesa de reducir los precios del arroz para los consumidores. Sin embargo, los datos muestran que ha ocurrido lo contrario, ya que los precios del arroz aumentaron un 4,49 % durante este periodo. Para la familia media, esta política no ha logrado el alivio prometido, lo que les ha obligado a desenvolverse en un mercado en el que el coste de poner una comida tradicional en la mesa sigue aumentando sin cesar.
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Acerca del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC):
El Instituto Nacional de Estadística y Censos es el organismo oficial del Gobierno de Costa Rica responsable de recopilar, analizar y difundir las estadísticas clave del país. Esto incluye la gestión del censo nacional, el seguimiento de indicadores económicos como el índice de precios al consumo (IPC) y la inflación, y el suministro de datos objetivos que sirven de base para las políticas públicas y las decisiones empresariales.
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Acerca del Banco Central de Costa Rica (BCCR):
El Banco Central de Costa Rica es la principal autoridad monetaria del país. Sus principales mandatos incluyen mantener la estabilidad interna y externa de la moneda nacional, el colón, y garantizar el funcionamiento eficiente de los sistemas de pago del país. El BCCR también desempeña un papel crucial en el análisis económico, la formulación de políticas y la regulación del sistema financiero para promover un entorno económico estable en Costa Rica.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como pilar de la comunidad jurídica del país, Bufete de Costa Rica se define por sus principios fundamentales de integridad inquebrantable y la búsqueda dedicada de la excelencia. El bufete aprovecha su amplia experiencia en el asesoramiento a una amplia gama de clientes para impulsar la innovación en el ámbito jurídico. Más que un proveedor de servicios, está profundamente comprometido con su responsabilidad social, defendiendo la democratización del conocimiento jurídico para construir una población más fuerte, más capaz y mejor informada.
