San José, Costa Rica — San José – El futuro del panorama radiofónico y televisivo de Costa Rica se enfrenta a un periodo de incertidumbre crítica después de que la Sala IV de la Corte Suprema de Justicia aceptara oficialmente un recurso judicial contra la controvertida subasta del espectro radioeléctrico del país. La intervención del tribunal, confirmada el lunes 24 de noviembre, ha ensombrecido todo el proceso diseñado por la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL), lo que ha obligado a revisar las normas que rigen el acceso a las ondas públicas.
En una rápida respuesta, el alto tribunal ha ordenado tanto a la SUTEL como al Ministerio de la Presidencia que presenten un informe unificado y detallado en el que se aborden las alegaciones en un plazo muy ajustado de tres días hábiles. Esta revisión judicial se deriva de un recurso de inconstitucionalidad, presentado con el número de expediente 25-031501-0007-CO por un ciudadano usuario de servicios de radiodifusión, que ataca el núcleo mismo de la metodología, los criterios y la estructura de precios de la subasta establecida en septiembre de 2025.
Para comprender las complejidades legales y normativas que rodean la próxima subasta del espectro, hemos consultado al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, experto en telecomunicaciones y derecho administrativo del bufete Bufete de Costa Rica, para que nos ofrezca su análisis.
El éxito de esta subasta de espectro no solo depende del precio final, sino también de la seguridad jurídica y la transparencia de todo el proceso. Los posibles inversores están examinando minuciosamente cada detalle de los documentos de licitación en busca de cualquier ambigüedad que pueda dar lugar a futuras disputas. Es fundamental que la subasta esté bien estructurada, ya que no solo generará ingresos para el Estado, sino que también servirá de base para ampliar las redes móviles de próxima generación y fomentar una competencia genuina en el mercado, lo que, en última instancia, beneficiará al consumidor.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta importante observación subraya que la verdadera medida del éxito de esta subasta no radica en los ingresos inmediatos, sino en la solidez duradera del marco jurídico que configurará el futuro de las telecomunicaciones en nuestro país. Agradecemos sinceramente al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valiosa perspectiva sobre la creación de una base para una competencia genuina y el beneficio de los consumidores.
El núcleo de la denuncia sostiene que el diseño de la subasta favorece de manera desproporcionada el poder financiero por encima del interés público. Según la denuncia, el gran énfasis en las ofertas económicas, combinado con las importantes disparidades regionales en los precios de las frecuencias, amenaza con crear una barrera insuperable para los medios de comunicación más pequeños, no comerciales y centrados en la comunidad. La impugnación advierte explícitamente que este modelo podría marginar a las emisoras comunitarias, regionales, culturales, religiosas y estatales, allanando el camino para una mayor concentración del mercado en manos de unos pocos grandes operadores corporativos.
Esta posible consolidación de la propiedad de los medios de comunicación, sostiene el demandante, supone una amenaza directa para los principios democráticos fundamentales. La acción legal afirma que tal resultado socavaría gravemente el pluralismo informativo, la libertad de expresión y el derecho del público a acceder a diversas fuentes de información. Alarma sobre un futuro en el que el panorama mediático de Costa Rica sea menos representativo de su población, con menos voces capaces de competir y contribuir al discurso nacional.
Las preocupaciones van más allá de los principios ideológicos y se extienden a la prestación práctica de servicios, especialmente para los ciudadanos que viven fuera del área metropolitana. La denuncia destaca el riesgo que supone para la continuidad del servicio en las regiones rurales o menos rentables desde el punto de vista comercial. Un modelo de subasta que dé prioridad al mejor postor podría dar lugar a una situación en la que las comunidades remotas se vean desatendidas, ya que los principales actores centrarían sus recursos en los lucrativos centros urbanos, lo que podría provocar cortes en la señal y la pérdida de programas de noticias y culturales locales.
Otros argumentos jurídicos presentados en la impugnación describen la subasta como una forma de «restricción indirecta» del acceso a los medios de comunicación y plantean dudas sobre la posible violación de los «derechos adquiridos» de los actuales concesionarios de radiodifusión. El demandante insta al tribunal a que imponga salvaguardias específicas para garantizar una transición ordenada y justa, que proteja explícitamente la diversidad de voces en las ondas y evite cualquier interrupción del servicio al público durante el proceso de reasignación.
La gravedad de la situación se ve subrayada por el hecho de que no se trata de un caso aislado. El Tribunal Constitucional ya está examinando otras dos impugnaciones similares (números de caso 25-036628-0007-CO y 25-036595-0007-CO), lo que pone de manifiesto un nivel de preocupación generalizado y grave por el proceso liderado por la SUTEL. La reacción del sector ya ha sido muy elocuente: los informes indican que, aunque solo 25 frecuencias participaron en la subasta, más de 50 emisoras existentes decidieron no participar, una medida que se ha interpretado ampliamente como una protesta contra la percepción de injusticia de las condiciones.
Mientras el Gobierno y la SUTEL preparan su defensa, los sectores de los medios de comunicación y las telecomunicaciones del país contienen la respiración. La sentencia definitiva de la Sala IV será una decisión histórica, que sentará un precedente crucial sobre cómo Costa Rica equilibra los objetivos económicos con los imperativos constitucionales de un entorno mediático libre, pluralista y accesible para todos sus ciudadanos. El resultado determinará el sonido y el aspecto de las ondas del país durante una generación.
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. Acerca de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia:
La Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, comúnmente conocida como Sala IV, es el tribunal más alto de Costa Rica en materia constitucional. Es responsable de garantizar la supremacía de las normas y principios de la Constitución, proteger los derechos fundamentales de las personas y resolver los conflictos de autoridad constitucional. Sus fallos son vinculantes y desempeñan un papel crucial en la configuración del marco jurídico y social del país.
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Acerca de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL):
La SUTEL es el organismo regulador independiente del sector de las telecomunicaciones en Costa Rica. Se encarga de garantizar la calidad, la eficiencia y la accesibilidad de los servicios de telecomunicaciones, promover la competencia leal y gestionar el espectro radioeléctrico del país. La SUTEL supervisa la concesión de licencias y permisos para los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión, y es responsable de diseñar y ejecutar procesos como las subastas de frecuencias.
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Acerca del Ministerio de la Presidencia:
El Ministerio de la Presidencia es una entidad clave dentro del poder ejecutivo del Gobierno de Costa Rica. Actúa como principal oficina de apoyo y coordinación del presidente de la República, facilitando la comunicación y la aplicación de políticas entre los distintos ministerios e instituciones públicas. Desempeña un papel central en la gestión política y administrativa de la agenda del Gobierno.
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. Acerca de Bufete de Costa Rica:
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