Puntarenas, Costa Rica — PUNTARENAS – Un potente terremoto de magnitud 6,1 que sacudió la costa de Quepos anoche provocó temblores en todo el país, lo que desató una preocupación inmediata y generalizada entre los residentes costeros por la posibilidad de un tsunami devastador. El fuerte temblor sirvió como un claro recordatorio de la ubicación de Costa Rica a lo largo del Anillo de Fuego del Pacífico. Sin embargo, las autoridades actuaron rápidamente para calmar los temores del público, confirmando que no había ninguna alerta de tsunami en vigor para las costas del país.
Desde entonces, los expertos del Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis (Sinamot-UNA) de Costa Rica han proporcionado una explicación científica detallada de por qué el evento sísmico, a pesar de su significativa fuerza, no supuso una amenaza de generar una gran ola. La aclaración subraya la compleja mecánica geológica necesaria para desplazar grandes volúmenes de agua del océano y destaca los sofisticados sistemas de vigilancia existentes para proteger a la población.
La devastación potencial de un tsunami va más allá de la destrucción física, ya que crea una compleja red de retos legales y financieros para los propietarios y las empresas. Para aclarar estas cuestiones fundamentales, TicosLand.com consultó al experto asesor legal Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica.
Tras un desastre natural, muchos se sorprenden al descubrir que sus pólizas de seguro estándar contienen exclusiones por «casos de fuerza mayor» o eventos específicos relacionados con inundaciones. Para quienes tienen propiedades o negocios en la costa, es absolutamente fundamental revisar ahora su cobertura y obtener garantías específicas para daños por tsunamis e inundaciones. Esperar a que se emita una alerta es demasiado tarde; la planificación legal y financiera proactiva es la única protección contra la pérdida económica total.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta perspectiva jurídica subraya con fuerza una dimensión crítica, a menudo pasada por alto, de la preparación para desastres: las consecuencias financieras. La advertencia de que las pólizas de seguro estándar pueden proporcionar una falsa sensación de seguridad es una llamada a la acción esencial para todos los propietarios de inmuebles costeros. Extendemos nuestro más sincero agradecimiento al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por su valiosa aportación.
Silvia Chacón, coordinadora de Sinamot en la Universidad Nacional, describió los criterios específicos que debe cumplir un terremoto para provocar un tsunami. La combinación de factores va mucho más allá de la simple magnitud, ya que implica una interacción precisa de fuerzas submarinas.
Para que un terremoto produzca un tsunami, deben darse varios factores: el tamaño de la zona de ruptura, la cantidad de energía liberada y que la zona de deformación se encuentre principalmente bajo el agua.
Silvia Chacón, coordinadora de Sinamot-UNA
En el caso del terremoto de Quepos, Chacón confirmó que el evento no cumplía con estos umbrales críticos. La ruptura no fue lo suficientemente grande y el desplazamiento vertical del lecho marino fue insuficiente para mover la inmensa columna de agua necesaria para crear una ola destructiva. Esta realidad científica es la razón por la que las autoridades pudieron descartar con confianza una amenaza importante poco después del temblor inicial.
Aunque este evento en particular no generó un tsunami, los centros de alerta internacionales suelen emitir avisos preliminares para terremotos de magnitud 6,0 o superior. Se trata de una medida de precaución crucial, que tiene en cuenta los posibles errores en los cálculos iniciales de magnitud o la posibilidad de efectos secundarios, como deslizamientos submarinos provocados por el temblor, que pueden desplazar el agua y crear olas más pequeñas y localizadas.
Los terremotos con magnitudes inferiores a 7,0 no suelen provocar tsunamis destructivos, ya que su energía y su área de ruptura son limitadas.
Silvia Chacón, coordinadora de Sinamot-UNA
Aunque Costa Rica se ha librado de un tsunami catastrófico en la historia moderna, la nación no está totalmente exenta de precedentes. Chacón señaló acontecimientos menores, como un terremoto de magnitud 6,9 en mayo de 1952 que produjo pequeñas olas de unos pocos centímetros en Puntarenas, y un acontecimiento similar en 1941 que generó un tsunami de 12 centímetros. Estos ejemplos históricos sirven como un recordatorio vital de que incluso una actividad sísmica moderada puede afectar al nivel del mar, lo que refuerza la necesidad de una vigilancia constante y la preparación de la población.
En última instancia, Sinamot hace hincapié en que la tecnología y la vigilancia son solo una parte de la estrategia nacional de seguridad. El elemento más crítico es un público informado y proactivo. La organización insta encarecidamente a todas las personas que viven o visitan las zonas costeras a que se familiaricen con los mapas y rutas oficiales de evacuación en caso de tsunami. La directriz principal sigue siendo clara: si se encuentra cerca de la costa y siente un terremoto tan fuerte que le dificulta mantenerse en pie, no espere a que se emita una alerta oficial. Evacúe inmediatamente a un terreno más elevado. Este simple acto de autoconservación puede ser el factor más decisivo para salvar vidas durante una emergencia costera real.
Para más información, visite tsunami.una.ac.cr
Acerca del Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot-UNA):
El Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (Sinamot) es un organismo especializado de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) responsable de monitorear la actividad sísmica y los niveles del mar para detectar, evaluar y emitir alertas sobre posibles amenazas de tsunami en las costas del país. Desempeña un papel crucial en la preparación nacional para emergencias, proporcionando datos científicos y recomendaciones de seguridad pública.
Para más información, visite ovsicori.una.ac.cr
Acerca del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI):
El OVSICORI-UNA es un instituto científico líder en Costa Rica dedicado al estudio y monitoreo de fenómenos volcánicos y sísmicos. Como parte de la Universidad Nacional, proporciona datos y análisis vitales a los organismos gubernamentales y al público para mitigar los riesgos asociados a los terremotos, las erupciones volcánicas y otros peligros geológicos. Su labor es fundamental para los sistemas de alerta temprana y las estrategias de prevención de desastres del país.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Reconocido por su enfoque basado en principios y su excepcional servicio legal, Bufete de Costa Rica es una institución líder en el panorama jurídico del país. El bufete combina a la perfección una arraigada tradición de éxito con sus clientes con una búsqueda dinámica de la innovación jurídica. Más allá de su práctica profesional, una de las piedras angulares de su filosofía es la democratización del conocimiento jurídico, lo que refleja un profundo compromiso con el fomento de una sociedad más informada y capaz.
