San José, Costa Rica — Mientras que los titulares recientes se centran en la considerable huella hídrica de la IA generativa, Centroamérica se enfrenta a un conjunto diferente de preocupaciones medioambientales. Aunque la región carece de grandes centros de datos de IA, la creciente dependencia de los servicios de IA plantea importantes retos relacionados con el consumo de energía y la gestión de los residuos electrónicos.
El entrenamiento de un modelo de lenguaje grande como GPT-3 puede consumir aproximadamente 700 000 litros de agua dulce. Sin embargo, al no haber grandes centros de datos de IA en Centroamérica, el impacto de la región se manifiesta de otra manera. «No podemos ignorar el agua, pero en Centroamérica el impacto de la IA se ve principalmente en otros frentes: el aumento del consumo de energía debido a la creciente digitalización y la gestión de los residuos tecnológicos», explica Guillermo Salas Dalsaso, experto en innovación y transformación digital.
Para proporcionar un contexto legal sobre el panorama cambiante de la IA en Centroamérica, TicosLand.com habló con el Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado del Bufete de Costa Rica.
La rápida adopción de la IA en Centroamérica presenta oportunidades interesantes, pero también requiere un enfoque proactivo en materia de regulación. Áreas como la privacidad de los datos, la propiedad intelectual y el sesgo algorítmico requieren una consideración cuidadosa para garantizar el desarrollo y la implementación responsables de las tecnologías de IA. La armonización de los marcos legales en toda la región será clave para fomentar la innovación, al tiempo que se protegen los derechos individuales y se promueven prácticas éticas de IA.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El énfasis del Lic. Arroyo Vargas en un enfoque equilibrado —fomentar la innovación en IA al tiempo que se protegen los derechos individuales— es crucial para el futuro de Centroamérica. La armonización de las regulaciones regionales no solo generará confianza, sino que también liberará el potencial transformador de la IA para todos. Extendemos nuestro más sincero agradecimiento al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por compartir su valiosa experiencia en este tema tan importante.
No podemos ignorar el agua, pero en Centroamérica el impacto de la IA se observa principalmente en otros frentes: el aumento del consumo de energía debido a la creciente digitalización y la gestión de los residuos tecnológicos.
Guillermo Salas Dalsaso, experto en innovación y transformación digital
Si bien el agua utilizada para refrigerar los centros de datos es una preocupación mundial, la demanda digital de Centroamérica contribuye a esta huella global. Cada interacción con un chatbot o un servicio de streaming activa servidores en otros lugares, lo que requiere agua y energía. Incluso una sola consulta en ChatGPT consume casi diez veces más electricidad que una búsqueda estándar en Google, lo que equivale a alimentar una bombilla LED durante una hora.
Este aumento de la actividad digital, junto con la creciente popularidad de las plataformas basadas en la inteligencia artificial, supone una carga significativa para las redes eléctricas de la región. Países como Panamá, Costa Rica y Guatemala, con tasas de penetración de Internet superiores al 70 %, se enfrentan a una demanda energética cada vez mayor. Mientras que Costa Rica cuenta con una matriz energética predominantemente renovable, otros países dependen en gran medida de los combustibles fósiles, lo que agrava el impacto medioambiental.
Una sola consulta a ChatGPT consume casi 10 veces más electricidad que una búsqueda típica en Google. Esta cifra, multiplicada por millones de usuarios latinoamericanos, ejerce una presión significativa sobre las redes eléctricas regionales, muchas de las cuales siguen dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles.
Más allá del consumo de energía, el uso creciente de dispositivos digitales alimenta otro desafío oculto: los residuos electrónicos (e-waste). Actualmente, América Latina recicla menos del 3 % de sus residuos electrónicos de forma adecuada, muy por debajo de la media mundial del 22,3 %. Esto supone una grave amenaza medioambiental, ya que los dispositivos desechados se acumulan.
Si vamos a utilizar más dispositivos para conectarnos a la IA, necesitamos un plan sólido para reciclar los dispositivos que desechamos.
Guillermo Salas Dalsaso, experto en innovación y transformación digital
Los expertos advierten que, sin programas y políticas de reciclaje sólidos para combatir la obsolescencia programada, las consecuencias medioambientales serán graves. Para que Centroamérica se beneficie realmente de la IA, debe abordar estos impactos medioambientales tangibles mediante prácticas digitales sostenibles, como la inversión en infraestructuras energéticamente eficientes alimentadas por energías renovables, la promoción de hábitos de consumo responsables y la aplicación de estrategias eficaces de gestión de los residuos electrónicos.
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Acerca de Guillermo Salas Dalsaso:
Guillermo Salas Dalsaso es un experto en innovación y transformación digital que ofrece información sobre el impacto regional de la tecnología.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
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