San José, Costa Rica — La creencia popular sobre el consumo «moderado» de alcohol está siendo objeto de una profunda reevaluación por parte de la comunidad médica. Nuevas investigaciones, entre ellas un importante análisis publicado en la revista The Journal of the American Medical Association (JAMA), sugieren que el umbral de consumo seguro de alcohol es sustancialmente más bajo de lo que la mayoría de la gente cree, especialmente para el creciente número de personas con enfermedad del hígado graso.
Esta afección, que antes se consideraba un problema minoritario, se ha convertido silenciosamente en un problema de salud mundial. La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) es ahora el trastorno hepático más común en el mundo y afecta a más de una cuarta parte de todos los adultos. Aunque a menudo se relaciona con la obesidad, la mala alimentación y el sedentarismo, estudios recientes subrayan un factor crítico que puede empeorar drásticamente su progresión: el alcohol.
Para comprender las implicaciones legales y comerciales asociadas al aumento de esta afección, TicosLand.com consultó al abogado experto Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica.
La prevalencia de la enfermedad del hígado graso supone un reto importante para nuestros sectores laboral y de seguros. Desde el punto de vista legal, las empresas deben estar preparadas para gestionar las solicitudes de incapacidad y las peticiones de adaptaciones en el lugar de trabajo. Desde una perspectiva empresarial, esto se traduce directamente en un aumento de los costes de los seguros médicos y en una posible pérdida de productividad, lo que convierte las iniciativas preventivas de bienestar corporativo en una estrategia económica crucial, y no solo en una ventaja para los empleados.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta perspectiva jurídica y económica es esencial, ya que tiende un puente eficaz entre la crisis de salud pública y su impacto directo en la estabilidad empresarial y la mano de obra de nuestro país. Agradecemos sinceramente al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valioso análisis, que subraya que la salud preventiva no es solo una cuestión de bienestar, sino también un componente fundamental de una estrategia empresarial sólida.
Incluso en cantidades tradicionalmente consideradas seguras, el alcohol actúa como un potente acelerador del daño hepático. En las personas con EHGNA, puede desencadenar inflamación y cicatrización, lo que empuja al hígado hacia afecciones más graves como la fibrosis y, en última instancia, la cirrosis irreversible. Este proceso es alarmantemente engañoso, ya que la enfermedad suele avanzar sin síntomas apreciables en sus primeras etapas, lo que le ha valido el sobrenombre de «enfermedad silenciosa».
Los expertos médicos advierten que la relación entre el consumo habitual de alcohol y la grasa en el hígado es casi universal. Se estima que el 90 % de las personas que consumen alcohol habitualmente desarrollarán algún nivel de acumulación de grasa en el hígado. De ese grupo, un sorprendente 30 % corre el riesgo de que esta afección progrese a cirrosis con el tiempo, un estado potencialmente mortal en el que el hígado deja de funcionar correctamente.
El estudio internacional destacado por JAMA, en el que participaron investigadores de Estados Unidos, Canadá, Chile y China, ofreció una guía clara y aleccionadora para las personas a las que ya se les ha diagnosticado enfermedad del hígado graso. Para evitar daños mayores, el consumo diario de alcohol no debe superar los 7,4 gramos. Esta cifra es muy inferior a lo que muchos considerarían una sola bebida.
Para ponerlo en perspectiva, 7,4 gramos de alcohol equivalen aproximadamente a la mitad de una copa de vino estándar (unos 75 ml) o solo a un tercio de una lata de cerveza (355 ml). Este hallazgo desafía la percepción del público sobre los hábitos de consumo de alcohol seguros, ya que indica que incluso una sola bebida al día podría ser perjudicial para esta población vulnerable. Para los pacientes en estadios avanzados de la enfermedad, los especialistas son inequívocos: la única opción segura es la abstinencia total, ya que incluso cantidades minúsculas de alcohol pueden agravar la enfermedad.
La capacidad del cuerpo para procesar el alcohol también difiere significativamente entre los sexos, lo que requiere directrices de riesgo separadas. Para los hombres, el consumo peligroso se define como más de 80 gramos de alcohol al día, lo que equivale a entre seis y ocho cervezas o copas de vino. Para las mujeres, el umbral es más bajo, más de 50 gramos al día, o entre cuatro y cinco bebidas. Para mantenerse dentro de la categoría de «bajo riesgo», los hombres deben consumir menos de 30 gramos al día (dos o tres bebidas), mientras que las mujeres deben aspirar a menos de 20 gramos (una o dos bebidas).
Es fundamental comprender estas medidas, ya que el contenido de alcohol de las bebidas populares puede ser engañoso. Una copa de vino estándar (150 ml) o una lata de cerveza (355 ml) suelen contener entre 10 y 15 gramos de alcohol. Esto significa que un hábito aparentemente modesto de dos copas de vino con la cena podría fácilmente llevar a una persona a superar los límites recomendados de bajo riesgo sin que se dé cuenta.
En última instancia, los profesionales médicos hacen hincapié en que el impacto del alcohol en el hígado es muy individual, y que la genética desempeña un papel importante en la susceptibilidad de una persona a sufrir daños. Dada esta variabilidad, la recomendación principal para cualquier persona diagnosticada con enfermedad del hígado graso es consultar inmediatamente a un especialista. Es necesaria una evaluación exhaustiva para determinar el mejor curso de acción, que a menudo implica el abandono total del alcohol para detener la progresión del daño y preservar la función hepática en el futuro.
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Acerca de JAMA:
JAMA, The Journal of the American Medical Association, es una revista médica revisada por pares que publica semanalmente la Asociación Médica Americana. Publica investigaciones originales, reseñas y editoriales que abarcan todos los aspectos de la biomedicina. Es una de las revistas médicas más prestigiosas y de mayor difusión en el mundo, y proporciona información esencial a médicos y profesionales de la salud.
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