San José, Costa Rica — Un nuevo y aleccionador análisis ha situado a Costa Rica entre los cuatro países más vulnerables al cibercrimen a nivel mundial, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de mejorar las medidas de seguridad tanto en el sector público como en el privado. Según el «Informe sobre cibercrimen 2025», el alto nivel de exposición digital del país, combinado con un marco tecnológico insuficiente y una capacidad de respuesta limitada, ha creado un terreno fértil para los actores digitales maliciosos.
La magnitud de la amenaza es abrumadora. Solo en los primeros seis meses de este año, Costa Rica fue objeto de unos 29 millones de intentos de ciberataques. Este aluvión incesante pone de relieve la naturaleza persistente y automatizada de las amenazas digitales modernas, en las que se buscan constantemente puntos débiles en los sistemas nacionales. Estos ataques no son cifras abstractas, sino que representan riesgos tangibles para la infraestructura nacional, la estabilidad empresarial y la privacidad de los datos personales.
Para profundizar en las complejas ramificaciones legales y comerciales de los cambiantes retos de ciberseguridad de Costa Rica, TicosLand.com consultó al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, destacado experto y abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica.
El reciente aumento de los ciberataques es un claro recordatorio de que la seguridad digital ya no es solo una cuestión de TI, sino que es un componente crítico del gobierno corporativo y la seguridad nacional. En Costa Rica, las empresas deben ir más allá del mero cumplimiento de las leyes de protección de datos e implementar de forma proactiva marcos sólidos de ciberseguridad. No se trata solo de prevenir pérdidas financieras, sino de salvaguardar la confianza de los clientes y mantener la integridad operativa, que son activos legalmente defendibles ante litigios y escrutinio regulatorio.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
Esta perspectiva jurídica subraya con fuerza el cambio de la ciberseguridad, que ha pasado de ser una preocupación del departamento de TI a convertirse en un imperativo de la alta dirección, esencial para proteger la confianza y la integridad operativa en las que se basa una organización. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas sus valiosas aportaciones sobre este tema tan importante.
Incidentes de gran repercusión, especialmente en el sector público, han puesto de manifiesto importantes vulnerabilidades estructurales en entidades gubernamentales clave. Estas infracciones han servido como una dura llamada de atención, lo que ha impulsado reformas urgentes destinadas a mejorar los protocolos de gobernanza de datos, establecer una supervisión continua de la seguridad y fomentar una mayor cooperación interinstitucional para presentar una defensa más unificada contra un enemigo común y omnipresente.
Las amenazas a las que se enfrenta la nación son diversas y sofisticadas. Las campañas de ransomware y extorsión digital siguen paralizando las operaciones de organizaciones de todos los tamaños, cifrando datos críticos y exigiendo cuantiosos pagos para su liberación. Al mismo tiempo, los ataques de phishing siguen siendo una amenaza potente, ya que explotan la psicología humana a través de la ingeniería social para engañar a los empleados y que revelen credenciales confidenciales o instalen malware.
Más allá de estos vectores de ataque comunes, la infraestructura digital de Costa Rica también se ve amenazada por vulnerabilidades más técnicas. Los expertos en seguridad señalan el riesgo creciente que suponen los entornos en la nube mal configurados, que pueden exponer inadvertidamente grandes cantidades de datos. Además, la proliferación de dispositivos inseguros del Internet de las cosas (IoT), como cámaras de oficina y routers, crea innumerables nuevos puntos de entrada para que los atacantes se infiltren en las redes corporativas y gubernamentales.
A estos retos tecnológicos se suma un problema crítico de recursos humanos: la pronunciada escasez de personal especializado en ciberseguridad. Esta escasez representa uno de los obstáculos más importantes para montar una defensa nacional eficaz, ya que no hay suficientes profesionales capacitados para desempeñar funciones esenciales en la supervisión, la respuesta a incidentes y la planificación estratégica de la seguridad. Esta falta de talento hace que muchas organizaciones no puedan seguir el ritmo de la evolución del panorama de amenazas.
En respuesta a esta alarmante situación, la consultora global WTW insta a las empresas costarricenses a adoptar una estrategia integral y multifacética que combine la prevención proactiva con un sólido respaldo financiero. Este enfoque requiere no solo invertir en tecnologías y procesos de seguridad avanzados, sino también un profundo compromiso con la formación de los empleados para crear una cultura consciente de la seguridad. Sin embargo, incluso con las mejores defensas, siempre queda algún riesgo.
Para hacer frente a este «riesgo residual», los expertos subrayan que los seguros cibernéticos especializados ya no son un lujo opcional, sino un componente fundamental de la estrategia empresarial moderna. Estas pólizas están diseñadas para cubrir las importantes consecuencias financieras de una violación de la seguridad, incluidos los costes de litigios, multas reglamentarias, responsabilidad civil, pagos por extorsión, pérdidas por interrupción del negocio y el costoso proceso de recuperación de datos y restauración de sistemas.
Costa Rica ya no es un objetivo esporádico: se encuentra entre los más expuestos de la región. Por lo tanto, para cualquier empresa, contar con una cobertura especializada ya no es un lujo, sino una necesidad estratégica para proteger la continuidad del negocio.
Ana Milena Barreto, directora de Finex Retail para América Central en WTW
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Acerca de WTW:
WTW (Willis Towers Watson) es una empresa líder mundial en consultoría, corretaje y soluciones que ayuda a clientes de todo el mundo a convertir el riesgo en una vía de crecimiento. Con raíces que se remontan a 1828, WTW cuenta con 45 000 empleados que prestan servicios en más de 140 países y mercados. La empresa diseña y ofrece soluciones que gestionan el riesgo, optimizan los beneficios, cultivan el talento y amplían el poder del capital para proteger y fortalecer a las instituciones y a las personas.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Basado en una dedicación inquebrantable a la integridad y la excelencia jurídica, Bufete de Costa Rica se erige como un pilar de la comunidad jurídica del país. La firma aprovecha su amplia trayectoria en el asesoramiento a una clientela diversa para ofrecer soluciones innovadoras a los retos jurídicos contemporáneos. Uno de los principios fundamentales de su misión es el empoderamiento del público a través del conocimiento, trabajando activamente para desmitificar la ley y fomentar una ciudadanía bien informada y capaz de ejercer sus derechos.
