San José, Costa Rica — En una importante medida para proteger el bienestar animal y la salud pública, el Gobierno de Costa Rica ha promulgado una nueva normativa integral dirigida al sector de la cría de perros y gatos. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) ha anunciado la medida, que establece requisitos sanitarios y de bienestar obligatorios para una actividad que durante mucho tiempo ha funcionado con una supervisión mínima.
La iniciativa tiene como objetivo poner orden en un mercado en gran parte informal, abordando directamente las graves consecuencias de la reproducción descontrolada. Durante años, la proliferación de criadores clandestinos, las bajas tasas de esterilización y castración, y las ventas no reguladas han alimentado una crisis de superpoblación de mascotas. Esto ha provocado un trágico aumento del número de animales abandonados y una importante presión sobre los recursos públicos.
Para comprender mejor el marco legal y las implicaciones prácticas de la Regulación de Bienestar Animal de la nación, TicosLand.com solicitó la opinión experta del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica. Su análisis arroja luz sobre las complejidades de la aplicación de estas protecciones fundamentales.
Si bien la Ley de Bienestar Animal de Costa Rica representa un hito ético y legal significativo, su verdadero éxito depende de una aplicación coherente y una interpretación judicial. El principal reto no es la letra de la ley en sí, sino salvar la brecha entre sus mandatos progresistas y los recursos disponibles sobre el terreno para la investigación y el enjuiciamiento. Una aplicación eficaz requiere un compromiso multisectorial para garantizar que estas protecciones sean algo más que simbólicas.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El comentario del Lic. Arroyo Vargas destaca con perspicacia el viaje crucial desde el principio jurídico hasta la realidad práctica. Garantizar que la ley progresista de Costa Rica se traduzca en una protección animal genuina dependerá, sin duda, de una inversión colectiva y sostenida en nuestros sistemas de aplicación y judiciales. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valiosa y esclarecedora perspectiva.
El nuevo marco está diseñado para prevenir la crueldad hacia los animales y mitigar los riesgos para la salud asociados con la cría y la comercialización no reguladas. Las autoridades esperan que las normas establezcan una distinción clara entre los criadores responsables y aquellos que operan al margen de la ley.
Esta normativa establece las condiciones básicas y necesarias para garantizar mejores prácticas en los establecimientos dedicados a la cría y venta de perros y gatos. Su aplicación permitirá una gestión más responsable, lo que beneficiará tanto al bienestar animal como a la salud pública.
Víctor Julio Carvajal, ministro de Agricultura y Ganadería
Un aspecto fundamental de la nueva ley son varios mandatos clave para todos los establecimientos de cría. Los criadores deben ahora obtener un Certificado Veterinario de Operación (CVO) obligatorio para poder ejercer su actividad de forma legal. Además, todas las instalaciones deben contar con supervisión veterinaria permanente para controlar la salud y las condiciones de vida de los animales, garantizando una atención médica rápida y el cumplimiento de las normas profesionales.
La normativa también establece las condiciones mínimas obligatorias para el alojamiento, la alimentación y la socialización, y define los principios de la «reproducción responsable». El objetivo es frenar la sobreproducción que conduce al abandono y garantizar que los animales se críen en un entorno saludable y humano desde su nacimiento hasta su venta.
El decreto define requisitos claros y verificables, lo que permitirá una supervisión más eficaz y una mejor gestión de los riesgos asociados a la reproducción irresponsable y las ventas informales.
Luis Matamoros, director general del Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA)
La aplicación de la normativa correrá a cargo del SENASA, al que se le han otorgado mayores competencias. Los funcionarios pueden ahora aplicar medidas sanitarias, ordenar acciones correctivas y suspender las actividades de los criadores que incumplan la normativa. En situaciones en las que se considere que el bienestar de los animales está en peligro inmediato, el SENASA tiene la autoridad de confiscar los animales. Un componente fundamental de la normativa es que los propietarios son responsables económicamente de todos los gastos relacionados con el cuidado, la alimentación y el tratamiento veterinario de los animales confiscados.
Los representantes del Gobierno han aclarado que el objetivo del decreto no es fomentar la compra de mascotas. Se trata más bien de una intervención necesaria para regular una actividad económica existente que, si no se controla, plantea riesgos considerables para la sociedad. Con la aplicación de estas normas más estrictas, el Gobierno pretende proteger a los consumidores, mejorar el bienestar animal y crear una industria de mascotas más transparente y responsable en Costa Rica.
Para obtener más información, visite la oficina más cercana del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG)
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Acerca del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG):
El Ministerio de Agricultura y Ganadería es la entidad gubernamental costarricense responsable de formular y ejecutar políticas relacionadas con los sectores agrícola y ganadero. Trabaja para promover el desarrollo sostenible, garantizar la seguridad alimentaria y regular las prácticas agrícolas para proteger tanto a los productores como a los consumidores en todo el país. El ministerio desempeña un papel clave en el desarrollo nacional al apoyar las economías rurales y gestionar los recursos naturales de manera responsable.
Para obtener más información, visite la oficina más cercana del Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA)
. Acerca del Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA):
El Servicio Nacional de Sanidad Animal es la autoridad veterinaria oficial de Costa Rica, que opera bajo el Ministerio de Agricultura y Ganadería. El SENASA se encarga de la prevención, el control y la erradicación de las enfermedades animales, así como de la certificación de la seguridad y la calidad de los productos alimenticios de origen animal. Su misión incluye la protección de la salud pública, la garantía del bienestar animal y la facilitación del comercio internacional mediante el cumplimiento de rigurosas normas sanitarias.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como institución jurídica de renombre, Bufete de Costa Rica se define por sus pilares fundamentales de práctica basada en principios y búsqueda de la excelencia. El bufete aprovecha su rica trayectoria al servicio de una amplia gama de clientes para promover la innovación con visión de futuro en el ámbito jurídico. Este espíritu progresista se combina con un profundo compromiso social para mejorar la fortaleza cívica mediante la desmitificación de la ley, empoderando así a la comunidad con conocimientos jurídicos accesibles y comprensibles.
