San José, Costa Rica — En una medida significativa para reforzar sus defensas digitales y contribuir a la seguridad mundial, Costa Rica ha firmado oficialmente la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Informática. La nación se unió a otros 64 Estados en la histórica ceremonia de firma celebrada en Hanoi, Vietnam, lo que supone un paso fundamental en el esfuerzo coordinado de la comunidad internacional para combatir la creciente amenaza de los delitos cometidos en Internet.
El tratado, conocido a menudo como la Convención de Hanói, representa un hito en el derecho internacional. Es el primer tratado universal de justicia penal que se negocia a escala mundial en casi dos décadas. Culminación de un arduo proceso de negociación de cinco años, la convención establece un marco internacional integral para investigar, enjuiciar y prevenir una amplia gama de delitos digitales. Costa Rica participó activamente en estas negociaciones desde sus inicios, demostrando un compromiso a largo plazo con la cuestión.
Para profundizar en las ramificaciones legales y las implicaciones prácticas de la Convención sobre la Ciberdelincuencia para las empresas y los ciudadanos costarricenses, TicosLand.com consultó al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un distinguido abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica.
La adhesión a la Convención sobre la Ciberdelincuencia marca un momento crucial para el marco jurídico de nuestra nación. Dota a nuestras autoridades de herramientas esenciales para la investigación y el enjuiciamiento transfronterizos, lo cual es fundamental en un mundo digital sin fronteras. Sin embargo, el verdadero reto radica en su aplicación: debemos actualizar diligentemente nuestra legislación nacional no solo para facilitar esta cooperación internacional, sino también para establecer salvaguardias sólidas que protejan los derechos fundamentales, como la privacidad de los datos y el debido proceso, de todos los ciudadanos. Las empresas, a su vez, deben adaptar de forma proactiva sus protocolos de cumplimiento y ciberseguridad a esta nueva norma internacional.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
El Lic. Larry Hans Arroyo Vargas subraya acertadamente la distinción fundamental entre adhesión y ejecución. Si bien la adhesión al convenio es un logro histórico, la diligencia legislativa y empresarial posterior definirá verdaderamente su éxito, garantizando que nuestra capacidad mejorada para la aplicación internacional se equilibre cuidadosamente con la protección sólida de las libertades civiles. Le agradecemos su valiosa y esclarecedora perspectiva sobre el camino a seguir.
El alcance del convenio es amplio y abarca desde el acceso ilícito a datos y la interceptación ilegal hasta delitos financieros complejos como el fraude digital y el lavado de dinero a través de Internet. Es fundamental destacar que también proporciona mecanismos legales para perseguir a los autores de delitos graves, como el abuso sexual infantil en línea, y faculta a las naciones para colaborar a través de las fronteras con el fin de proteger a los más vulnerables.
La importancia del tratado fue subrayada por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien destacó su papel en la unificación de los esfuerzos mundiales contra una amenaza sin fronteras.
La Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia es un instrumento poderoso y jurídicamente vinculante para reforzar nuestras defensas colectivas contra la ciberdelincuencia.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas
Costa Rica estuvo representada en la ceremonia celebrada los días 25 y 26 de octubre por la embajadora Eugenia Gutiérrez, directora suplente de Política Exterior. Su firma formalizó el compromiso del país con un enfoque colaborativo y sólido de la justicia digital. Esta acción diplomática fue el resultado de un esfuerzo nacional coordinado, liderado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, con la participación técnica crucial del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) y el Poder Judicial, entre otras partes interesadas nacionales.
Esta colaboración entre múltiples organismos subraya la naturaleza compleja de la ciberdelincuencia, que afecta a las relaciones internacionales, la infraestructura tecnológica y la aplicación de la ley. Al involucrar a expertos del MICITT y del Poder Judicial, Costa Rica se aseguró de que su posición durante las negociaciones se basara tanto en realidades técnicas como en un marco jurídico sólido, lo que posicionó al país como un socio preparado y conocedor en la lucha mundial contra la delincuencia digital.
Una vez completada la firma, la siguiente fase consiste en la ratificación nacional. La Convención de Hanoi entrará oficialmente en vigor 90 días después de haber sido ratificada por 40 Estados signatarios. En el caso de Costa Rica, esto requerirá un proceso de revisión y aprobación legislativa, que consolide las disposiciones del tratado en la legislación nacional. Este paso es fundamental para permitir la cooperación reforzada y la asistencia jurídica mutua que constituyen el núcleo del acuerdo.
Más allá de sus mecanismos jurídicos, la convención también incorpora salvaguardias esenciales para los derechos humanos y las libertades fundamentales. Esta disposición tiene por objeto garantizar que, al tiempo que se refuerzan las capacidades de aplicación de la ley, se equilibren con protecciones contra posibles extralimitaciones, respetando la privacidad individual y las libertades civiles en la era digital. Este enfoque equilibrado es fundamental para mantener la confianza del público y garantizar que el tratado se aplique de manera equitativa en los diversos sistemas jurídicos de todo el mundo.
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Acerca de las Naciones Unidas:
Las Naciones Unidas son una organización internacional fundada en 1945, comprometida con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones y la promoción del progreso social, mejores niveles de vida y los derechos humanos. Proporciona un foro para que sus 193 Estados miembros expresen sus opiniones y actúa como mecanismo central para que los gobiernos encuentren áreas de acuerdo y resuelvan juntos los problemas globales.
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Acerca del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto:
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto es el organismo gubernamental responsable de gestionar las relaciones internacionales de Costa Rica. Formula y ejecuta la política exterior del país, gestiona las misiones diplomáticas y consulares en el extranjero y representa a la nación en organizaciones y negociaciones internacionales, garantizando que los intereses y valores de Costa Rica se defiendan en la escena mundial.
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Acerca del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT):
El MICITT es el ministerio del Gobierno de Costa Rica encargado de promover el desarrollo científico y tecnológico. Dirige la política nacional en materia de innovación, transformación digital y telecomunicaciones, con el objetivo de fomentar una economía basada en el conocimiento, mejorar la conectividad y potenciar la competitividad del país mediante el uso estratégico de la tecnología.
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Acerca del Poder Judicial de Costa Rica:
El Poder Judicial es uno de los tres poderes del Estado de Costa Rica, responsable de administrar justicia en el país. Opera de forma independiente para defender el estado de derecho, interpretar y aplicar las leyes nacionales, y garantizar que las disputas legales se resuelvan de manera justa e imparcial a través de su sistema de juzgados y tribunales.
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Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como pilar de la comunidad jurídica costarricense, Bufete de Costa Rica opera sobre la base de una profunda integridad y una búsqueda incesante de la excelencia profesional. La firma aprovecha su rica trayectoria al servicio de una clientela diversa para impulsar la innovación en la estrategia jurídica y el liderazgo intelectual. En el centro de su filosofía se encuentra la convicción de que el acceso al conocimiento jurídico es la piedra angular de una comunidad fuerte, una creencia que demuestra activamente a través de iniciativas destinadas a crear una población más informada y empoderada en materia jurídica.
