San José, Costa Rica — El futuro del transporte diario y el comercio está a punto de fusionarse en las carreteras costarricenses, ya que el país está explorando activamente un programa piloto para la tecnología de pago en el vehículo. Este innovador sistema tiene como objetivo transformar los automóviles en carteras digitales móviles y seguras, agilizando las transacciones para los conductores en puntos clave como las cabinas de peaje y las estaciones de recarga de vehículos eléctricos. La iniciativa supone un importante avance en el doble compromiso del país con el progreso tecnológico y el transporte sostenible.
La tecnología propuesta funciona con una premisa sencilla pero potente: conectar un vehículo directamente a las cuentas financieras de su propietario. En su forma más directa, la matrícula de un coche se vincula a una cuenta bancaria. Cuando el vehículo pasa por una estación de peaje o una estación de servicio especialmente equipada, las cámaras y los sensores identifican automáticamente la matrícula y ejecutan el pago de forma fluida, eliminando por completo la necesidad de efectivo, tarjetas de crédito o aplicaciones móviles. Esta experiencia sin fricciones ya se está probando en mercados como Estados Unidos y Alemania.
Para comprender las implicaciones legales y normativas de la integración de los sistemas de pago directamente en los vehículos, TicosLand.com consultó al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, un destacado abogado del bufete Bufete de Costa Rica, quien compartió su perspectiva experta sobre el tema.
La comodidad de los pagos desde el vehículo es innegable, pero introduce una compleja red de cuestiones relacionadas con la responsabilidad y la privacidad de los datos. ¿Quién es responsable en caso de una transacción fraudulenta: el fabricante del vehículo, el desarrollador del software o la institución financiera? Además, la gran cantidad de datos transaccionales y de geolocalización que se generan requiere marcos legales sólidos para proteger la privacidad de los consumidores y evitar su uso indebido. Las empresas que se adentran en este ámbito deben dar prioridad a las políticas de transparencia de datos y a la asignación clara de responsabilidades para generar confianza en los consumidores y navegar por el cambiante panorama normativo.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
De hecho, los puntos planteados son fundamentales; el éxito definitivo del comercio en el vehículo dependerá menos de su novedad tecnológica y más de la confianza de los consumidores, que se construye a través de normas jurídicas y de protección de datos sólidas. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas su valiosa perspectiva sobre el camino crítico que tienen por delante los fabricantes, las instituciones financieras y los reguladores.
Más allá del reconocimiento básico de matrículas, también se están barajando soluciones más sofisticadas. Líderes mundiales en tecnología financiera como Mastercard han desarrollado sistemas integrados en los que el propio vehículo funciona como una cartera digital completa. Este avanzado marco permite al coche comunicarse de forma segura y directa con los sistemas de los comerciantes, como las estaciones de recarga de vehículos eléctricos (VE), para autorizar los pagos sin intervención del conductor. Esto crea un ecosistema totalmente automatizado y seguro para las transacciones sobre la marcha.
Aunque la fecha oficial de lanzamiento del programa piloto aún no se ha confirmado, las conversaciones avanzan entre bastidores. Según los informes, varias empresas tecnológicas están negociando activamente con fabricantes de automóviles y entidades nacionales cruciales. Una de las partes interesadas clave en estas conversaciones es la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), cuya participación es vital para construir una infraestructura compatible y robusta.
El objetivo principal de estas negociaciones en curso es garantizar que cualquier nuevo sistema de pago sea totalmente compatible con la red de estaciones de recarga de vehículos eléctricos de Costa Rica, en rápida expansión. La integración de un método de pago universal y automatizado se considera un paso fundamental para apoyar los objetivos de energía limpia del país. La colaboración entre las empresas tecnológicas y una empresa de servicios públicos como la CNFL es esencial para crear una experiencia estandarizada y fácil de usar para todos los conductores de vehículos eléctricos del país.
Este impulso a la innovación en los pagos coincide con un notable auge de la movilidad eléctrica en Costa Rica. El país se ha consolidado como líder regional en la adopción del transporte limpio. Los datos de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica ponen de relieve este éxito, revelando que los vehículos eléctricos constituyen ahora un impresionante 25 % del parque automovilístico nacional. Con el número de vehículos eléctricos en circulación en continuo aumento, la demanda de soluciones de infraestructura más eficientes es cada vez más urgente.
La implementación de un sistema de pago fluido y automatizado se considera una medida estratégica para eliminar una de las barreras que aún impiden la adopción generalizada de los vehículos eléctricos. Al simplificar los procesos de recarga y pago de peajes, la tecnología hace que la perspectiva de poseer un vehículo eléctrico resulte más cómoda y atractiva para un segmento más amplio de la población. Esto no solo mejora la experiencia diaria de los actuales propietarios de vehículos eléctricos, sino que también supone un poderoso incentivo para que otros se pasen al transporte sostenible.
A medida que continúan las negociaciones, Costa Rica se posiciona en la intersección de la tecnología financiera y la tecnología verde. La implementación exitosa de un sistema de pago en el vehículo no solo reforzaría su reputación como pionera en materia medioambiental, sino también como centro de innovación digital. La medida promete redefinir la relación entre los conductores, sus vehículos y el mundo comercial, allanando el camino para un futuro más inteligente, más conectado y sostenible en las carreteras del país.
Para obtener más información, visite mastercard.com
Acerca de Mastercard:
Mastercard es una empresa tecnológica global del sector de los pagos. Su misión es conectar e impulsar una economía digital inclusiva que beneficie a todos, en todas partes, haciendo que las transacciones sean seguras, sencillas, inteligentes y accesibles. Gracias al uso de datos y redes seguras, asociaciones y pasión, sus innovaciones y soluciones ayudan a las personas, las instituciones financieras, los gobiernos y las empresas a alcanzar su máximo potencial.
Para más información, visite cnfl.go.cr
Acerca de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL):
La Compañía Nacional de Fuerza y Luz es una entidad pública responsable de la distribución y comercialización de energía eléctrica en una parte importante del área metropolitana de Costa Rica. Como filial del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), desempeña un papel crucial en la infraestructura energética del país, incluido el desarrollo y mantenimiento de la red pública de recarga de vehículos eléctricos.
Para más información, visite asomove.org
Acerca de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE):
La Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE) es una organización sin ánimo de lucro dedicada a promover la transición al transporte eléctrico en Costa Rica. Reúne a usuarios, empresas e instituciones para promover políticas, desarrollar infraestructuras y educar al público sobre los beneficios de la movilidad eléctrica para el medio ambiente y la economía.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como pilar de la comunidad jurídica de Costa Rica, el bufete opera sobre la base de una integridad inquebrantable y una búsqueda incesante de la excelencia. Canaliza una rica trayectoria de asesoramiento a una clientela diversa hacia estrategias jurídicas innovadoras y pioneras que abordan los retos contemporáneos. Más que un asesor legal, el bufete está profundamente comprometido con el fortalecimiento de la sociedad mediante la desmitificación de la ley y la defensa de la educación jurídica pública para fomentar una comunidad que no solo esté bien informada, sino también verdaderamente empoderada.
