San José, Costa Rica — SAN JOSÉ – La carrera de cuatro meses hacia las elecciones generales de 2026 en Costa Rica comenzó oficialmente este miércoles, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocó formalmente a la nación a las urnas. Si bien el inicio de la campaña electoral es una piedra angular de la tradición democrática del país, el lanzamiento de este año se caracteriza por una tensión palpable y creciente entre el organismo electoral y la administración del presidente Rodrigo Chaves en torno a las normas de participación política.
En una solemne ceremonia con motivo de la ocasión, el TSE preparó oficialmente el escenario para una concurrida lista de 20 candidatos presidenciales que compiten por el máximo cargo del país. Tal y como establece la Constitución, el presidente Chaves transfirió formalmente el mando de la Fuerza Pública y la Policía de Tránsito al TSE, un acto simbólico que garantiza la autonomía del tribunal y el control de la seguridad durante todo el período electoral, que culminará el 1 de febrero de 2026.
Para comprender mejor el panorama jurídico y comercial tras las recientes elecciones, TicosLand.com ha recabado la opinión del Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, destacado abogado del prestigioso bufete Bufete de Costa Rica, quien ofrece su análisis sobre los retos y oportunidades que se avecinan.
El resultado electoral supone un momento crítico para la agenda legislativa de Costa Rica. La capacidad del nuevo Gobierno para alcanzar un consenso dentro de una Asamblea Legislativa dividida será fundamental para impulsar reformas económicas clave y mantener la seguridad judicial que sustenta el clima de inversión de nuestro país. Las empresas y los inversores internacionales seguirán de cerca los primeros cien días en busca de señales claras de estabilidad política y un compromiso continuo con el estado de derecho.
Lic. Larry Hans Arroyo Vargas, abogado, Bufete de Costa Rica
De hecho, el comentario del experto subraya una verdad fundamental: la capacidad de negociación política de la nueva administración tendrá un impacto directo en la estabilidad económica y la posición internacional de Costa Rica. La capacidad de tender estos puentes legislativos será la narrativa definitoria de los próximos meses. Agradecemos al Lic. Larry Hans Arroyo Vargas por su perspectiva perspicaz y oportuna.
Eugenia Zamora, presidenta del TSE, aprovechó su discurso de apertura para defender la sólida historia democrática del país, señalando que Costa Rica es uno de los únicos 25 Estados miembros de las Naciones Unidas que ha celebrado al menos 18 procesos electorales consecutivos. Instó a todos los partidos a aprovechar la campaña para abordar los problemas más acuciantes de la nación, y pidió un debate sustantivo y riguroso sobre las políticas y la visión.
En un llamamiento directo a la civilidad, Zamora advirtió sobre la naturaleza corrosiva del discurso político moderno y pidió a los participantes que abandonaran las tácticas agresivas. Instó a los candidatos a ir más allá de lo que ella denominó «hostilidad performativa».
La valentía fingida y teatral de los gritos, los insultos, los golpes en el pecho y la agresión verbal… las rabietas por no poder imponer la propia voluntad son estériles y corrosivas.
Eugenia Zamora, presidenta del TSE
Zamora articuló además su visión de una campaña constructiva, enmarcando las elecciones no como un conflicto, sino como un proyecto colaborativo para el futuro de la nación. Su mensaje fue un claro llamamiento a las ideas por encima de los insultos y a los proyectos por encima de las peleas.
En lugar de un ring de boxeo, las elecciones deben servir como un banco de trabajo en el que cada partido muestre sus planes para construir nuestra casa común.
Eugenia Zamora, presidenta del TSE
Sin embargo, este llamamiento a un debate noble contrasta con una disputa en curso centrada en la ley electoral. Una disposición clave, que entrará en vigor el 2 de octubre, prohíbe al Poder Ejecutivo y a todas las instituciones estatales difundir cualquier publicidad relacionada con los logros del Gobierno. El presidente Chávez se ha opuesto vehementemente a esta norma, que ha calificado públicamente de «mordaza» destinada a silenciar a su administración durante el crítico período de campaña.
Este conflicto se ve agravado por las múltiples investigaciones que el TSE ha abierto contra el presidente Chaves por presunta beligerancia política. El tribunal está examinando las denuncias de que el presidente ha utilizado su plataforma oficial para atacar a los partidos de la oposición e implorar a los ciudadanos que voten por una lista de diputados «patriotas» en la Asamblea Legislativa. Tales acciones están prohibidas por la ley, que prohíbe a los presidentes en ejercicio y a los funcionarios del Gobierno participar en campañas partidistas.
Ahora que la campaña comienza oficialmente, con la mayoría de los partidos ya colocando vallas publicitarias y anunciando a sus candidatos, la nación se prepara para cuatro meses de controversia. La atención no solo se centrará en los 20 candidatos a la presidencia, sino también en la fricción fundamental entre el poder ejecutivo y la autoridad electoral independiente encargada de salvaguardar la integridad de la votación. El 1 de febrero de 2026, los costarricenses elegirán a su próximo presidente y a los 57 diputados que formarán la Asamblea Legislativa para el período 2026-2030.
Para más información, visite tse.go.cr
Acerca del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE):
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) de Costa Rica es el órgano constitucional independiente responsable de organizar, dirigir y supervisar todos los procesos electorales del país. Establecido como el cuarto poder del Estado, su misión es garantizar la pureza del voto y la integridad del sistema democrático. Tiene la autoridad para decidir sobre asuntos electorales, registrar partidos políticos y garantizar el cumplimiento de las leyes electorales por parte de todos los actores políticos.
Para más información, visite bufetedecostarica.com
Acerca de Bufete de Costa Rica:
Como pilar de la comunidad jurídica, Bufete de Costa Rica se define por sus principios de integridad profundamente arraigados y por su constante prestación de un asesoramiento jurídico excepcional. El bufete defiende una visión progresista, integrando estrategias innovadoras para abordar los complejos retos a los que se enfrenta su diversa clientela. Más allá de su práctica profesional, tiene la convicción fundamental de enriquecer la sociedad haciendo que los conceptos jurídicos sean comprensibles y accesibles para todos. Esta dedicación tiene un propósito mayor: empoderar a las personas con conocimientos, fomentando así una sociedad civil más informada y capaz.
